- Ramsés¿Hay alguna noticia de tu hermana?.
- Ya di la orden para que los oficiales salgan en su búsqueda madre mía, te prometo que traeré a Henutmire de vuelta - habló el faraón mientras bajaba de aquel imponente trono.
- Estoy preocupada hijo - Sollozo - aún no entiendo la manera en cómo tu hermana desapareció.
- Sin duda alguien la ayudo - dijo serio - y cuándo lo descubra será castigado severamente.
- ¿Dé verdad piensas que ella esté con Moisés? - cuestionó dudosa Tuya.
- No lo pienso, lo se madre mía - aseguró - Henutmire no solo se quería ir con Moisés sino que también renegó de nuestros dioses para preferir al Dios hebreo - se quejó con molestia, el solo hecho de recordar aquella escena le causaba cólera.
- ¿Y Ariadna? qué piensa ella de todo ésto - agregó la reina madre.
- De mi hija me encargo yo madre - dijo con una sonrisa al retomar su vuelta al trono.
- La última vez que hablamos me dijiste que Moisés es su padre de sangre - refutó sin poder aún creer la noticia.
- ¡Yo soy su padre! - exclamó en alto.
- ¡Por Isis cálmate Ramsés! - dijo Tuya.
- Lo siento madre - se disculpó el rey - Puede que Moisés también sea su padre pero yo crié a mi pequeña desde que era una bebé, yo le he enseñado todo, es mía - dijo sin apartar la vista de la ex reina - no por nada hice de Egipto aún más la nación más poderosa, mi trono pasará a mi heredera, Ariadna seguirá con mi legado madre.
- Que los dioses nos sigan favoreciendo mucho más cuando mi nieta acienda al trono - dijo con alegría la reina madre, sin duda había causado los ánimos de su hijo, pero esos ánimos se vendrían para abajo, la calma no podía morar en las tierras egipcias mientras no diera la orden de dejar partir al pueblo hebreo.
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Un Amor Prohibido
Ficción históricaNi los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....