La infestación de las Ranas
Seguían perturbando a toda la nación egipcia, tanto al bajo como al alto Egipto. La necedad de Ramsés no tenía límites, provocando aún más el mártir de su pueblo.
Un rey perturbado y enfurecido ya hacia en su sala del trono, su enojo no podía ser contenido por el tormento insufrible de las ranas, el sonido de las grandes puertas había robado su atención por completo.Sus ojos no podían creer lo que estaba viendo, era un milagro de los dioses, se decía el rey. . .
Los oficiales y el resto de la sala del trono quedaron impresionados y sin palabras por el acto que estaban presenciando.
Las ranas no seguían a Ariadna.El faraón bajaba de su trono para dirigirse hacía la princesa heredera, de su lado lo infestaban las ranas pero de lado de su hija no había ninguna. . . .
Aposentos reales. . . .
La gran esposa real no dejaba de dar vueltas a su alrededor, una angustia comenzaba a perturbarla, angustia y temor que pudo percatar la princesa Henutmire quien se encontraba a su lado.
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Un Amor Prohibido
Ficțiune istoricăNi los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....