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Un nuevo día abordo toda la tierra de Egipto. Tras la última plaga el trabajo en las obras retorno, más carga laboral para el pueblo hebreo, pero no se esperaban que la mano del señor estaba apunto de azotar a los egipcios una vez más.
Esta vez quienes pagarían la necedad del Faraón serían los animales. . .
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~ Calle del comercio ~
- Me alegra tanto encontrarte por aquí Ana - habló un oficial de la guardia del Faraón.
- ¡Ikeni! cómo estás fortachón? - dijo alegre la hija de Apuki.
- Ahora mejor que te encuentro - sonrió el oficial provocando la duda en la jovén.
- ¿Qué tramas Ikeni? - lo cuestionó curiosa.
- Algo que nos va beneficiar a los dos - dijo mientras caminaba a su lado.
- A los dos? A qué te refieres con eso? - pregunto una vez más.
- Que harías por tener a Oseias contigo? - habló serio el soldado, sus pasos se habían detenido junto a los de Ana.
- Con tal de que sea solo para mí, estoy dispuesta hacer cualquier cosa - aseguró con un suspiró - ésto tiene que ver con tu amada princesa? - preguntó al mirarlo.
