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Y la noche invadió toda la tierra de Pi - Ramsés una vez más. . . .
Oseias quien regresaba a la villa no tan animado fue sorprendido entre abrazos y lágrimas por parte de su familia, el muchacho estaba confundido sin poder comprender que era lo que sucedía.
Aarón quien estaba al frente suyo le dió las buenas noticias, Dios había hablado con el para que fuera al desierto a encontrarse con Moisés, finalmente la liberación para el pueblo hebreo llegaría, su grito de socorro fue escuchado por el propio Dios.
Lágrimas, risas y alegrías retumbaban la morada. . . .
El Yugo de la esclavitud pronto terminaría. . . . .
Mientras que en el palacio, el sumo sacerdote estaba sin despegarse ni un solo momento de su nieta, unos ruidos y quejidos lo hicieron despertar de su sueño, era la princesa quién lentamente iba reanimando de su último sueño.
Sus ojos se abrían delicadamente, pudo reconocer el rostro de su abuelo, pudo notar su alegría mientras la miraba alabando a los dioses, cautelosamente retiro el vendaje de su frente para colocar uno más limpio.
- Abuelito - sollozó fragilmente ganándose la atención de Paser.
Oh gracias a los dioses has despertado pequeña - dijo aliviado colocando un beso en la cabeza de su nieta.
- ¿Tantos días estuve inconciente?- preguntó llevando su mano hacia su frente.
- Solo dos días - contesto al mirarla - daré la noticia al soberano de tu recuperación. querida.
¡Espera! -
Paser se detuvo de inmediato para después girarse en dirección a la joven, pudo darse cuenta que tenía varias preguntas que hacerle y muchas de ellas relacionadas con el tema de Nefertari, sabía que tenía que darle respuestas y así fue hecho.
- Esa mirada me lo dice todo - dijo confirmando las palabras de la princesa con una mirada.
- ¿En dónde está mi madre? - cuestionó soltando un suspiró
