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En la sala de entrenamiento se podía escuchar como un oficial golpeaba con tanto furor el muñeco de práctica con tanta irá, se podía notar frustración en su rostro por todas las cosas que estaban sucediendo a su alrededor y de la impotencia de no poder hacer nada al respecto y así fue, se trataba del oficial Ikeni quien había soltado de golpe su espalda mientras se dejaba caer al suelo
Por sus pensamientos pasaban todos aquellos recuerdos que mantenía con su amada princesa haciendo que esté soltará una sonrisa de alegría pero a la vez todo se tornaba amargo con el solo hecho de recordar que estaba comprometido con Karoma y no con Ariadna. Soltó un suspiró y se dirigió a sus labores como soldado del reino y para su buena suerte su mañana se pudo alegrar un poco más al verla, ahí estaba ella con esa sonrisa de bondad en su rostro que hacía que todos la quisieran
Sabía que solo podía contemplarla de lejos o se crearían problemas y mucho más ahora que la hija del rey solo le mostraba su frialdad y distancia
Ikeni estaba dispuesto a ir hasta Ariadna pero se detuvo al notar como la princesa se escabullia de los pasillos hacia la puerta trasera del palacio sin ser notada, esas escapadas solo las hacía con el. El oficial sintió el impulso de ir tras ella sospechando de que algo estaba pasando
Siguiéndola cautelosamente el oficial observo como la heredera al trono entregaba un canasto de comida para su abuela a lo que Ikeni frunció el ceño no tan convencido del nuevo comportamiento de Yunet, después de todo no podía hacer nada, era la madre de la difunta reina Nefertari y abuela de Ariadna.
- Sabía que tú no me abandonarías - dijo Yunet sosteniendo el canasto en sus manos
- Cómo podría olvidarme de ti - sonrió tiernamente - eres la madre de mi madre
- Serás una magnífica reina así como lo fue Nefertari - hablo con orgullo pasando su mano por la mejilla de su nieta - pero eso sí debes dejar de lado a ese soldado!
- Eso quedó en el pasado abuela - dijo la princesa - Ikeni fue un error
Esas palabras lastimaron el corazón de Ikeni al escucharlas pero sabía que ya no había marcha atrás de sus actos, tenía que protegerla de Karoma y protegerse el de la furia del Faraón. Y de la nada se notó como Yunet se iba de la presencia de la futura reina sin que nadie sospechara de la ayuda de la princesa hacia su abuela, Ikeni estaba apunto de volver y esconderse para no ser visto por la joven pero se percató de que ella no venía de vuelta sino siguió el camino rumbo a la ciudadela egipcia colocándose una gran túnica blanca para no ser reconocida por el pueblo, esto lo dejo muy desconcertado y fue detrás de Ariadna para protegerla
La primogénita de Ramsés compraba frutas por la calle del comercio, dirigiendo su mirada hacia el camino que lleva al Nilo lo siguió sin la idea de que estaba siendo perseguida.
Un joven que miraba el agua cristalina del Nilo la esperaba pero al escuchar la suavidad de su voz se levantó enseguida quedando frente a ella, los dos se dedicaron una sonrisa de alegría por volver a encontrarse una vez más
- Oseias - dijo con esa voz tan hermosa la joven mirando al muchacho quien no despegaba su mirada en ella
- Pensé que no vendrías - hablo el joven hebreo mientras se acercaba un poco más
- No te iba fallar - dijo Ariadna con una sonrisa - pero toma! lo compré para los heridos que llegan de la cantera - entrego el cesto de comida para Oseias, culpable de saber que era su propio padre quien los esclavizaba
< Oseias pudo darse cuenta de la expresión del rostro de la princesa y en como su voz había sonado tan frágil pero el mismo sabía que ella no era la culpable, no era su culpa haber nacido como la hija del rey de Egipto
Una lágrima salió del rostro de Ariadna lo cual la hizo bajar su rostro de inmediato, nadie la había visto llorar y ni siquiera Oseias a excepción de su Padre >
- No es tu culpa la esclavitud de mi pueblo ariadna - dijo al limpiar la lágrima de la princesa y lentamente hizo que levantará su rostro para conectar sus miradas una vez más
- Lamento tanto la corrupción de mi padre, el no era así antes - dijo con tristeza al mirarlo
- Una vez más te lo digo princesa, no eres responsable de las acciones del Faraón - dijo firme Oseias - eres mucho mejor
- Oseias... - dijo fragilmente - ¿ Por qué eres tan bueno conmigo? - cuestiono la bella princesa a lo que el lentamente fue uniendo su mano con la de ella al tomarla
- Desde que te vi por primera vez note algo diferente en ti princesa y eso poco a poco me hizo darme cuenta que no eras igual a tu padre - dijo al dedicarle una sonrisa - pero también confieso que quede totalmente encantado ante ti
Eso hizo qué ella abriera sus ojos de sorpresa ante la confesión del hebreo quien no dejaba de sostener su mano y no quitaba su mirada
- Se que solo soy un hebreo ante los ojos del rey - fue interrumpido
- ¡Eres mucho más que eso Oseias!eres increíble, gentil y bueno - se ruborizo ella ante lo que le había dicho
Lentamente pudo sentir la suave piel de la heredera recorrerla con su mano provocando un suspiro entre los dos tímidamente
- Y algo me dice que tú formas parte de los planes de Dios para mi Ariadna - ambos no pudieron evitar sonreirse ni dejar de mirarse el uno al otro, ella estaba dispuesta y el dispuesto a por fin sentirla, sentir esos labios tan suaves, poco a poco sin darse cuenta estaban más cerca, la quería besar y ella se lo permitió sus labios se estaban juntando con ternura, su respiración era con ansias, ambos querían ese beso.
Y la beso, la beso con ternura y delicadeza y ella le correspondía dulcemente dejándose llevar por el joven hebreo pero no se percataban de que estaban siendo observados
- ¡Ariadna! - grito el oficial presenciando la escena provocando que ambos se separaran de inmediato
- ¡Ikeni...! - dijo atemorizada
- ¡¡Aléjate inmediatamente de ella esclavo!! - con coraje saco su espada apuntandola directamente al cuello de Oseias
¡¡Continuará!!
Holis amores una disculpa por tardar pero estuvimos sin luz, unos problemas pero tranquilos todo se mejoro, los quiero!!!🌹
