Tras los últimos acontecimientos, los pensamientos de orgullo nublaban el buen juicio del Faraón. Otra plaga los azotaria si llegase a retractarse.
Su mal humor empeoraba el ambiente de la sala del trono, estaba desesperado, cómo era posible que el gran soberano de toda la nación más poderosa de la tierra cediera ante una divinidad sin rostro, era lo que pasaba por los pensamientos de Ramsés.
Pero el mal nunca acaba, el mal siempre busca la forma de volver. . .
Por otro lado, la princesa heredera lucia mucho más hermosa y reluciente que antes, sin duda Ariadna era la envidia de todas las mujeres del harén y el reino.
Ni la propia Isis podría rivalizar con tan semejante belleza . . .
— Mi señora hoy se ve mucho más radiante y alegre que otros días— resaltó Amonet.
— El amor amiga — suspiró encantada.
— Vaya si que ese joven hebreo la tiene cautivada, princesa — agregó karoma.
— Por lo visto la princesa ya tomó una decisión — dijo la dama principal con una sonrisa de complicidad a su señora.
La expresión de la heredera había confirmado las palabras de su dama.
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Un Amor Prohibido
Ficción históricaNi los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....