Antepenúltimo

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—Llamaste a la persona correcta. Creo que podré darte buenas recomendaciones.

Thea estaba allí, Cleo la había invitado al castillo porque necesitaba ayuda. Era el momento de buscar el vestido para la boda. Los preparativos habían comenzado un par de días atrás y todo se sentía como un sueño. Eros se había ido a dar un recorrido con Elodie por el castillo, desde el momento en que lo vio, corrió hacia él como si su vida dependiese de ello.

—Es un anillo muy ostentoso— mencionó Thea mientras le daba un chequeo a su mano— Debe valer una fortuna.

Cleo asintió. Estaba muy al pendiente de él, siempre procuraba dejarlo en algún lugar seguro cuando iba a tomar un baño, era como una reliquia qué debía preservar en todo momento.

—Me alegra que finalmente vaya a ocurrir— Thea apretó la mano de Cleo con cierta emoción.

Quiso responderle con algo más que una sonrisa, pero en ese momento cruzaron por la puerta al menos tres costureras y posteriormente Leah. Se encontraban en la zona donde solían realizar las prendas. Tenían varios vestidos ya hechos que llevaban cargando con sumo cuidado.

—No sé cuál vayas a escoger... Pero les pedí que trajeran los mejores.

—Muchas gracias...

Leah le sonrió.

—No hay de qué— aseguró, se giro a ver a las costureras— Podemos empezar con los vestidos y si no te gusta ninguno, pueden hacerte uno.

Cleo asintió un poco apenada, no quería causar muchas molestias.

Cuando comenzaron a sacar los vestidos, Cleo no podía creerlo. Había al menos diez modelos diferentes, todos se veían realmente preciosos.

Iba a ser una decisión muy difícil.

~ • ~

—Te ves muy linda— Thea fue la primera en hablar.

Era el vestido número seis. Todos los anteriores eran realmente bonitos, algunos tenían mangas muy pronunciadas que a Cleo no le convencía del todo, pero los detalles y el acabado era impecable. Se estaba viendo con uno un poco más ostentoso ya tenía un poco de vuelo la falda, además, estaba lleno de detalles e incrustaciones hechas a mano y las mangas largas de seda delgada le daba un aspecto fino.

Cleo estuvo a punto de llorar al ver su reflejo. Nunca se había sentido tan bonita en un vestido, era como ver a una chica completamente diferente. Bueno, si había soltado un par de lágrimas de forma inconsciente, se reprendió por actuar de esa manera frente a otras personas.

—Lo siento...

—No, no te disculpes, Cleo— se apresuró Leah a ella para poner una mano en su espalda con una sonrisa tranquilizadora— Este vestido parece hecho para ti.

Sonrió mientras asentía alegremente. Le reconfortaba la presencia de Leah, era como si de alguna manera ejerciera el papel que su madre nunca había hecho.

—Creo que falta el velo— Thea habló mientras se giraba a buscarlo, una vez que lo encontró, fue hasta quedar frente a ella— Te lo pondré.

Cleo asintió. Leah aún permanecía a su lado. Las costureras no hablaban mucho, solamente cuando era necesario, pero también se veían contentas con ella, no pudo evitar sentirse dichosa.

—Eres la novia más bella— dijo al instante Thea, sus ojos también tenían un brillo conmovedor.

—Me encanta mucho— agregó Leah, su sonrisa de oreja a oreja— No puedo creer que una chica tan linda vaya a casarse con mi hijo.

Eros | Timotheé ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora