You wear your best apology
But I was there to watch you leave
And all the times I let you in
Just for you to go again***
Como si se tratase de la caja de Pandora, el libro yace sobre mi mesita de noche como si me llamara para descubrir lo que tiene escrito. La discreta pero contundente e inconfundible "S" resplandeciendo bajo la tenue luz de mi mesita de noche se derrama sobre la portada roja. Temo abrirlo y al mismo tiempo estoy ansiosa por leerlo, por saber qué es lo que dice y lo que estaba pensando Seb cuando escribió aquellas palabras, porque eso es exactamente lo que es: un fragmento de sus pensamientos, y creo que ese es, sin temor a equivocarme, el mejor obsequio que me han dado. El tipo me lo había regalado como si no fuera la gran cosa, murmurando casualmente que me había escrito cartas, una por cada día desde que dejamos de hablar, para ser exactos. Él sabía de antemano lo mucho que yo iba a atesorar un regalo como ese, ¿cómo podría no hacerlo? Si antes me había quejado respecto a que no se sabe comunicar y que nunca me decía las cosas directamente, supongo que ahora no tengo nada de qué quejarme.
Solo tengo que leerlo.
Pero no sé qué es lo que voy a encontrarme dentro de sus páginas. ¿En ellas va a finalmente decirme cómo se siente respecto a mí? ¿De forma literal al fin? ¿O van a ser palabras bonitas que se le ocurrieron en el momento, intentando describírmelo todo a la perfección para poder entender cómo se sentía? Sea lo que sea, mis manos se sienten inquietas y desesperadas por hojearlo y leerlo todo en una sola noche, porque sé que no podría parar incluso si me lo propusiera. Son 35 cartas, y son todas para mí, por supuesto que lo leería una y otra vez hasta habérmelo aprendido todo, cada palabra, cada coma y signo de interrogación. Tal vez mi capacidad de recordarlo todo con lujo de detalle me traería algo bueno al fin.
Amor.
Lo había escuchado bien. Tan claramente como los altavoces diciendo mi nombre luego de subir al podio. Cuatro letras, una palabra que me había tomado por sorpresa porque jamás pensé vivir lo suficiente para escuchar a Sebastian llamándome de esa forma. Estaba ebria solo con el recuerdo de lo sucedido, porque incluso cuando se fue y comencé a dar vueltas por la habitación intentando disipar las mariposas en mi estómago, el eco de sus palabras seguía resonando en las cuatro paredes una y otra vez, volviéndolo todo imposible de olvidar. Él es imposible de olvidar. Me lo había advertido y yo no había hecho caso porque siempre creí que era su arrogancia hablando. Pero ahora me doy cuenta de que no, de que tal vez la razón por la que me siento tan atraída hacia él como un imán hacia el metal es porque durante toda mi vida lo había evitado a toda costa. Debe haber algo interesante y atractivo en que la misma persona que me llamaba imbécil a principios de año sea la misma que me acaba de escribir un libro. Ninguno de los dos lo vio venir, NADIE podría haberlo visto venir.
Mientras mi mirada continuaba perdida e inerte sobre el libro que reflejaba el inconfundible color rojo en las sábanas blancas, comencé a divagar respecto a cómo serían las cosas si los demás lo supieran. Elio, que me conoce mejor que nadie en el mundo, se había mostrado tan sorprendido que no pronunció palabra alguna durante un buen rato como si le estuviera hablando en un idioma que no lograba entender. Mi papá sospechaba al respecto desde que lo llevé a mi desayuno de cumpleaños, y sé que intuyó que existía algo más entre los dos cuando me prometió no mencionar nada de lo ocurrido, y mi mamá... creo que estaba demasiado ensimismada en intentar ganarme de regreso como para siquiera notar que Sebastian estaba ahí, ¿pero y los demás? Nico, que una vez tuvo que meterse entre los dos porque estuve a punto de golpearlo con mi botella de agua, o Nelson, que arrastró a Vettel lejos de mí cuando se dio cuenta de que había puesto pegamento en el interior de su casco. O Kimi, que sé que no tendría mucho que decir, pero sí bastante sobre qué reflexionar.
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Golden Boy || Sebastian Vettel
RomanceOh, I love it and I hate it at the same time 💛🏎️💛🏎️💛🏎️ El odio entre Avalon y Sebastian va mucho más allá de sus equipos y de la rivalidad que conlleva el deporte. Ambos lo saben, los dos lo admiten y ninguno se esconde. Dispuestos a todo por...