[Pity party] (23)

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It's my party and I cry if I want to

***


11:59

En un minuto seré un año mayor. En exactamente 60 segundos tendré que escribir 23 en lugar de 22 en la documentación requerida para los trámites de las carreras. En un minuto el mundo va a seguir igual que siempre, a seguir el rumbo con una cotidianidad extraordinaria porque mi cumpleaños le resulta ajeno, pero definitivamente va a cambiar mi mundo.

En apenas un instante será oficialmente mi cumpleaños. Los comentaristas harían una mención al respecto en la transmisión de la próxima carrera, lo que pone mucha más presión sobre mis hombros, porque claro que me gustaría ganar en mi semana de cumpleaños, pero mancharía terriblemente la celebración en caso de tener una mala carrera. Además no puedo exentar lo obvio: que mi papá conocería a Sebastian por la mañana. Pasé el último par de horas pensando en miles de cosas que podrían salir mal, todas las preguntas que tendría que contestar. Mi papá no quedó satisfecho con la explicación de que somos amigos ahora, por supuesto que querría investigar mucho más allá. Aunque pensándolo bien, y conociéndolo, sé que no haría nada para ponerme nerviosa o en una situación incómoda deliberadamente, mucho menos en mi cumpleaños, así que tal vez pueda estar tranquila en ese aspecto.

Sin embargo, es un hecho que va a ser un desayuno diferente a cualquier otro que haya tenido. Me hubiera gustado hablar más al respecto o planear una salida de emergencia en caso de necesitarla, pero Sebastian duerme plácidamente a mi lado desde que su cabeza tocó la almohada. ¿Él no sobre piensa las cosas? ¿No se queda un rato meditando acerca de los errores que cometió en el pasado? ¿No inventa escenarios ficticios de cosas que jamás van a pasar? Lo envidio muchísimo, ojalá yo pudiera conciliar el sueño con semejante facilidad. Desde que tengo uso de razón, mis errores me persiguen antes de dormir, haciéndose presentes como un constante recordatorio de todo lo que alguna vez hice mal. Inclusive después de una larga carrera, o de un día de entrenamiento completo, por más cansada que esté, no puedo evitarlo. Mi mente siempre va a mil por hora, casi a la misma velocidad que el monoplaza que conduzco, pero él simplemente dijo buenas noches y se quedó dormido, dejándome sumida en la oscuridad de mis propios pensamientos.

Para cuando vuelvo a mirar el reloj a mi lado, la suave luz verde fosforescente marca las 00:00. Siempre me quedo despierta hasta pasada la medianoche cuando es mi cumpleaños. Siempre me ha parecido mágico estar consciente minutos antes del día en el que llegaste a este mundo. Pensar que hoy hace 23 años, todavía no existía ni respiraba el aire que me ha acompañado desde entones. Es una nostalgia difícil de explicar, pero no sé cómo me hace sentir.

23.

Si alguna vez durante mi infancia alguien me hubiera dicho que llegaría a ser tan feliz, y que todo valdría la pena, me sentiría muy orgullosa de mí misma, porque yo siempre supe que podría lograrlo algún día, que todo había valido la pena y que mi esfuerzo había sido recompensado. Nunca pensé en nada a futuro más que en el campeonato, así que no había nada más en mi plato para desear, pero viendo mi vida ahora, mirando a mi alrededor, me siento feliz con lo que tengo. Jamás pensé que Sebastian Vettel sería parte de ese panorama, pero se encuentra dormido junto a mí con una tranquilidad que le envidio.

Como si hubiera estado esperando a que iniciara el primer minuto de mi nuevo año de vida, el sueño finalmente se decidió por aparecer, así que me acurruco contra mi almohada, deseando que este sea un cumpleaños que pueda disfrutar de verdad.

Aunque sea solo éste, aunque sea solo uno.

[...]

Sentí que dormí apenas un instante, pero cualquier rastro de cansancio que pude haber tenido se evapora en un segundo cuando caigo en la emoción momentánea de saber que es mi cumpleaños. Hoy es mi día, hoy todo se trata de mí (al menos es lo que se dice). Pero solo despierto por completo cuando siento a Sebastian posicionarse encima de mí, aprisionando mi cuerpo debajo del suyo. Se inclina hacia adelante para dejar delicados besos en mi cuello que fue intensificando hasta que estuve completamente consciente.

Golden Boy || Sebastian VettelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora