Victoria atrapa la pajita entre los labios, toma un poco de Coca-Cola y deposita el vaso de nuevo sobre la mesa.-No quiero, de ninguna manera, que vayas y hables con ella ¿bueno?
-Pero Edward, si ella supiera...
-¡No! ¡Dios! Yo tengo la culpa por haberte dicho.
-No, no -Victoria pone su mano sobre la de él- No te sientas culpable por confiar en mí.
-Sabía que debía dejarme mis cosas para mí mismo. Qué idiota he sido.
-Vale -ella le muestra las palmas de las manos para que se tranquilice- No voy a ir a hablar con ella, pero tú sí que deberías hacerlo.
-Olvídalo, tuve seis largos meses para eso y no pasó. ¿Qué te hace pensar que ahora que estoy aquí mi decisión podría cambiar?
-Porque cada segundo que estás sentado en esa silla la pierdes, la estás dejando ir.
Edward niega y acaricia la mejilla de la mujer de cabello rojo como el fuego.
-Eso ya pasó hace tiempo, ella misma me lo dijo. Que ya no me quería y que me había perdido.
-¿Y has sido tan tonto como para creer eso?
-Lo vi en sus ojos, Vi. Ella... ella está enamorada de alguien más, yo lo sé. Por eso esto está bien para los dos. En cuanto sea mayor de edad le daré su fideicomiso y se irá a hacer lo que quiera con su vida. Cuando nos volvamos a ver, no debe existir otro sentimiento más que el del vago aprecio -Edward traga con dificultad y estira un lado de su boca hacia arriba- Bueno, eso si tengo suerte.
OoO
¡Nos vemos pronto! ¡Saquen teorías, nenas!
Un beso.
Amy W.
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You Can Be The Boss
FanfictionBella tiene 16 años y posee, indudablemente, todo lo que una chica de su edad podría desear. ¿El problema? Está casada con el exitoso empresario de 35 años, Edward Cullen, quien cada día es más cruel.