Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia - y algunos personajes- me pertenecen.
¡He vuelto, luego de 24 días sin actualizar –según las cuentas de Paula Zegarra, fiel seguidora de esta historia-!
Este capítulo quiero dedicarlo a Yuruari Stephens, porque mañana es su cumple ¡Yúju! ¿Dónde es la fiesta, nena?, y a Samy Cordova, que su cumple es el 19, pero igual, no hace daño celebrar desde antes :) Felicidades a ambas, y muchas gracias por seguir la historia, aunque temo que este no es un capítulo en el que se pueda celebrar (lo siento por eso).
NOTA IMPORTANTE AL FINAL, favor de leer.
Nos vemos abajo.
Canción del capítulo: Blinding - Florence + The Machine.
A leer.
Capítulo 14: No Cierres Los Ojos.
"Al parecer, he estado sumida en alguna especie de letargo.
Una turista en el mundo muerto, nunca despierto.
Ni un beso ni una palabra amable, pudieron despertarme de este sueño,
hasta que me di cuenta que eras tú el que me mantenía abajo"
Narrator POV.
Victoria atrapa la pajita entre los labios, toma un poco de Coca-Cola y deposita el vaso de nuevo sobre la mesa.
-No quiero, de ninguna manera, que vayas y hables con ella ¿bueno?
-Pero Edward, si ella supiera...
-¡No! ¡Dios! Yo tengo la culpa por haberte dicho.
-No, no -Victoria pone su mano sobre la de él- No te sientas culpable por confiar en mí.
-Sabía que debía dejarme mis cosas para mí mismo. Qué idiota he sido.
-Vale -ella le muestra las palmas de las manos para que se tranquilice- No voy a ir a hablar con ella, pero tú sí que deberías hacerlo.
-Olvídalo, tuve seis largos meses para eso y no pasó. ¿Qué te hace pensar que ahora que estoy aquí mi decisión podría cambiar?
-Porque cada segundo que estás sentado en esa silla la pierdes, la estás dejando ir.
Edward niega y acaricia la mejilla de la mujer de cabello rojo como el fuego.
tonto como para creer eso?
-Lo vi en sus ojos, Vi. Ella... ella está enamorada de alguien más, yo lo sé. Por eso esto está bien para los dos. En cuanto sea mayor de edad le daré su fideicomiso y se irá a hacer lo que quiera con su vida. Cuando nos volvamos a ver, no debe existir otro sentimiento más que el del vago aprecio -Edward traga con dificultad y estira un lado de su boca hacia arriba- Bueno, eso si tengo suerte.
–No estoy de acuerdo –dice ella. Sus brazos cruzados con indignación.
–Qué lástima. Estás aquí para escuchar, no para opinar.
–Mhm, mhm –niega– No voy a dejarte en paz, esta vez de mí no te libras.
OoO
Bella POV.
Abracé a Dorotha cuando salí de casa, fue una despedida dura, porque ella es como mi madre, pero tengo el consuelo de que voy a volver a verla en cuestión de un mes.
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You Can Be The Boss
Hayran KurguBella tiene 16 años y posee, indudablemente, todo lo que una chica de su edad podría desear. ¿El problema? Está casada con el exitoso empresario de 35 años, Edward Cullen, quien cada día es más cruel.