— Vives en una novela romántica, qué envidia. — continúa saltando sobre mi cama.
— Si, ahora Julieta por segunda vez, deja de saltar o vas a romper la cama.
Deja de saltar y cae sentada. — Se nota que eres hija única.
Abro la boca indignada.
Que se cree esta, ósea soy hija única pero que tiene que ver.
— Que agresiva, ¿has hablado de esto con tu psicólogo?
Me queda mirando mal.
— Bueno, ¿me ayudas a escoger las fotos para el feed? — me sonríe como el gato de Alicia.
— Sip, voy a buscar un pajarito ¿quieres?
Asiente rápido.
Bajo de mi cama esquivando al Tobi y salgo bajando la escalera de dos en dos, camino arrastrando los pies en la cocina y me quedo tiesa en la entrada cuando veo quien esta en la barra tomándose un café.
— ¡Papá! — corro hacia el como una cabra chica, teniendo cuidado de su café.
— Mi princesa, hola. — me devuelve el abrazo.
Todavía huele a una mezcla de hospital y café, puedo estar segura que en los bolsillos tiene lápices.
— ¿Hubo mucho trabajo? — suelto el abrazo pero no el brazo.
— Un par de accidentes y varias puestas de suero, nada fuera de lo común. — me hace cariñito en el pelo.
— ¿La mamá sabe que llegaste?
— Si, esta en el patio con tu abuela, me vio cuando estacione.
— ¿Vas a tener que volver? — le pongo ojitos de perro.
— No, me dieron libre, si ocurre alguna emergencia tengo que ir. — suspiro cuando lo dice.
Se que no se lo suelo decir pero lo extraño, puedo no verlo por meses y muchas veces que estoy libre me voy a dar vueltas por urgencias para verlo aunque sea dos segundos, cuando era chica le desarrolle un apego no sano ya que trabajaban menos pero cuando tuvieron que volver a trabajar mi mamá solía llevarme a dar vueltas por el hospital por si lo encontrábamos.
— ¿Papitis?
Me rio. — Un poco.
Escucho una risa que no es de ninguno de nosotros, levanto la cabeza y lo primero que veo es a mi mamá con su teléfono frente a ella.
— Pero mamáaaaa.
Suelto a mi papá y me voy a buscar los pajaritos que venía a buscar.
— Se veían tan bonitos que no pude quedarme sin inmortalizar este momento.
— ¿La pasaron bien? — toma de su café.
— Si, el Ivan se robo una botella para bailar el costillar.
— Muy patriota de su parte, obviando la parte ilegal.
Cierro los ojos aguantándome la risa y me sigo sirviendo mote con huesillo.
— Mamá uno no puede hacer todo por lo legal.
— Tienes razón, como tu a los cuatro cuando te robaste un poroto del supermercado.
Hago un puchero y la miro.
— Mamá, dije mil veces que no fue mi intención.
— Ya se, pero me gusta molestarte así.
Le hago mueca y le saco la lengua para abandonar la cocina, hago el mismo recorrido hasta mi pieza, entro con las cosas y en el suelo veo a una Juli disociada.
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Ya po', pololeame
Romance[Chilensis] Como todos años se celebra la fiesta de los anónimos de la facultad de ciencias sociales, nadie iba a saber que este semestre iba a tener un poquito de compañía para Lucy. - Soa Lucy Benavides, como siempre arrasando. - me entregan seis...