Hurt you

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Salimos del cumpleaños de la Belen, amiga de los chiquillos qué aunque no se junte mucho con todos nos quiere.

La Isi, la Emi y el Ivan se fueron en uber, mientras que yo me voy con el Diego en su moto.

Ninguno quizo tomar porque tenemos mucho que estudiar así hicimos acto de presencia sin beber alcohol.

Me intento abrochar el casco cuando siento su mirada, levanto la vista y este me esta mirando de cerca.

— ¿Que?

— Haz estado rara.

¿yoooo?

— ¿En serio? yo no lo siento así. — sigo luchando con el broche.

Toma mis manos alejándolas para abrochar el casco, instintivamente levantando la barbilla, se que este busca mis ojos por lo que fijo mi vista en su mentón.

Termina de abrocharlo y se aleja de mi, evito a toda costo mirarlo porque el sabe que lo he estado evitando, nuestras conversaciones han sido escasas y para nada profundas.

— ¿Como va todo con él anónimo?

No vayas ahí Diego.

— Bien.

— ¿Segura?

— Sip, ¿que quieres saber? Dieguito no te puedo dar detalles de si he tenido relaciones o no. — bromeó con el.

Pero el no cachó que era broma.

— Cambia la cara es broma, ni lo conozco y voy a tener coito con el.

Sube el cierre de su chaqueta.

— ¿Va por buen camino?

Que andai' preguntón.

— Si, le di una oportunidad.

Se sube a la moto y pone la llave.

— ¿Que paso con el que te gustaba?

Detengo mis movimientos con mi mano en su hombro, la pregunta me tomo por sorpresa por lo que subo rápido detrás de el sin contestar y lo abrazo.

Al parecer lo noto porque saca el pedal que detiene la moto y nos vamos.












Fue el viaje más incómodo, por eso evitaba que me trajera a mi casa en toda la semana, agradezco que haya sido hoy porque el próximo lunes vuelvo a ser passenger princess y a cuidar mi economía.

Cuando estaciona frente a mi casa bajó rápido y me quito el casco.

— Lucy. — me llama.

— ¿Si? — intentó peinarme.

— Perdón por presionarte y ser tan preguntón, esta semana te sentí distante, quería saber sí estas bien.

Ya me llego la culpa.

— No, tranquilo, ha sido una semana pesada.

Mentira, perdón Diego.

Asiente. — Si quieres hablar solo dime.

— Gracias.

Se baja el casco que antes esta sobre su cabeza para poder hablarme mejor y vuelve la encender la moto.

— Cuidate y llega bien a tu casa.

— Buenas noches Lucy.

Y se va.

Me doy vuelta con culpa y busco mis llaves para abrir la puerta, me saco los zapatos y subo.

Veo luz por debajo de mi puerta.

Ya po', pololeameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora