Es muy mala idea.
Le doy una mirada de nuevo a la moto.
Si definitivamente lo es.
No se manejar, ni un auto, menos una moto.
No entiende porque se le ocurrió que era buena que aprendiera a manejar una moto.
Tampoco entiendo porque le dije que sí.
Si se, pero soy fácil de convencer.
— Casco. — me entrega el que siempre ocupo.
Lo recibo, pero no me lo pongo.
— No te va a pasar nada, te cuido mejor que a mí mismo.
— Y eso es igual de malo que dejar que me pase algo. — lo regaño.
— Ese no es el punto, no te va a pasar nada. Si ya no quieres solo dime. — toma el casco.
— Si quiero. — tomo sus manos que sostienen el casco — ¿Qué acaso uno no puede sentirse un poco de miedo?
Saco sus manos y lo pone sobre mi cabeza. — Bien, ya pasaron tus minutos de agonía ahora arriba.
Hago lo que dice, pero no hago nada.
— ¿Si se pasa lo mismo que le paso a Andy?
Hice hace unos días que viera 10 días para perder a un hombre, y en este momento no puedo olvidar como esa moto salió volando.
— No voy a dejar que pase eso, tranquila.
Quita el pedal y da vuelta la llave.
— Si te sirve de algo, tengo seguro de vida. — digo con una sonrisa nerviosa.
— Ambos pies abajo.
Me enseña como frena y lo importante de mantener el equilibrio.
Ya empezamos mal.
Avanzo un poco y cierro los ojos.
— No tienes que cerrar los ojos. — me regaña.
— Como lo haces para balancear tu peso y el mío, sobre todo en las vueltas. — digo tiesa con las manos sobre el acelerador.
— No pesas nada.
— ¿Cómo que no peso nada? — digo seria.
— Cargo mas peso en el gimnasio mi amor, tu no eres nada comparado con eso. Ahora concéntrate y hazme caso.
Le hago caso solo porque me dejo aturdida por su revelación, también por el hecho que no me acostumbro a que me diga "Mi amor".
I'm just a girl.
Ahora avanzo sin cerrar los ojos y me creo una experta porque ya no la sujeta, sino que avanzo sola, para mi es un gran logro por lo que casi quito las manos, doy unas vueltas mas hasta que bajo y no quiero volver a subir.
— Es como ver Papi Ricky. — escucho en la puerta de mi casa, cuando nos giramos vemos a mi mamá sentada en la escalera.
— Mamá.
— Ya me voy perdón. — entra a la casa y me aseguro de que este adentro antes de girarme hacia él.
— Me cae tan bien tu mamá. — dice sonriendo.
— Chupale mas las patas. — me doy vuelta y me siento en la vereda.
— Ay Lucia. — se sienta a mi lado — ¿Qué pasa con el Iván y la Julita?
Tomo aire, ni yo sé dónde están parados.
— No sé, los veo mas juntos. Espero que la Juli se sienta bien. — veo un punto fijo en la calle y pasa un escalofrió por mi espalda.
Nota como mi actitud cambio y soba mi espalda en modo de acompañarme, siempre lo hace.
Por eso me complementa tanto.
Impresionante como la vida amorosa de alguien está en su cúspide de nube de amor, mientras alguien esta en subsuelo de mala suerte.
Y no digo que la Juli lo este, es chiste, espero todo lo bueno para su vida.
— Deja de sobre pensar. — masajea mi cabeza.
— Volví, eran puras hueas, hablando de hueas, quiero probar mi fuerza en el gimnasio.
Levanta la cabeza de mi hombro y me mira sorprendido.
— ¿Junto al Iván? — asiento.
— ¿Segura? — vuelvo a asentir.
— En este mismo instante llamo a mi entrenador. — se levanta de un salto.
Le levanto con el y como un perrito lo sigo.
— Pregunta.
— Dispara.
— ¿Es porque quieres probar tu fuerza o porque hay algo por ahí?
Sonrió.
— Por que quiero probar mi fuerza.
— Bueno, entonces. Llamo a mi entrenador, seguramente podemos ir mañana. — asiento lentamente y se acerca mas a mi cara. — te paso a buscar a las siete cuarenta. — vuelvo a asentir y este deja un beso sobre mis labios — ¿estamos?
— Sip, todo correcto.
Sonríe y me besa otra vez.
Estoy en una nube de amor y no me pienso bajar nunca más.
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Ya po', pololeame
Romance[Chilensis] Como todos años se celebra la fiesta de los anónimos de la facultad de ciencias sociales, nadie iba a saber que este semestre iba a tener un poquito de compañía para Lucy. - Soa Lucy Benavides, como siempre arrasando. - me entregan seis...