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Se acerca fin de año, aprecio mucho los momentos de paz y soledad.

Aunque soy mi propia enemiga estando sola.

Mañana ayudo al Diego y el viernes en la noche vamos a un bar para celebrar el cumple del Iván.

La próxima semana nos vamos a unas cabañas antes de que empiecen los exámenes de fin de año.

En estrés estoy mal, ¿pero saben dónde estoy peor? emocionalmente.

Me llevo un dorito a la boca y fijo mi mirada en la película que estoy viendo, "sueños sobre hielo"

Y aquí me pregunto, ¿qué elegiría Casey?

¿La física o un zamboni?

Claramente el zamboni de ojos azules.

Por si no fuera poco tengo a una Juli en agonía porque vio a su super crush disfrazado de spiderman y la muy hueona se escondió toda la noche cuando este quiso hablar con ella.

Información proporcionada por el mismo Iván y la Isi, yo estaba en pleno viajé etílico.

Mi vista va al piso donde descansan los zapatos rojos.

Dios esto no puede ser tan difícil, reacciona naya fácil.

Me como otro dorito con rabia.

Golpean mi puerta y después se abre, el Tobi entra corriendo y se sube a mi cama.

— Te traje heladito.  — me entrega mi mami.

¿Debería?

— Mami, ¿podemos tener una conversación madre e hija?

Cierra la puerta de un portazo y se sienta en mi cama.

— Cuéntale a tu mami que esta pasando. — sonríe emocionada.

La miro a los ojos meditando lo que se viene.

Con too si no pa' que.

— Hace tiempo estoy conociendo a un niño. — ella asiente — pero no en persona. — sonrió nerviosa.

Se pone seria volviendo a su rol de mamá.

— ¿Cómo no en persona Lucia?

Me metí a las patas de los caballos ctm.

— Empezamos a hablar porque me llego una nota de él, ahora hablamos por ig y la próxima semana nos conocemos. —vuelvo a sonreírle nerviosa.

Veo como mi mamá sigue seria y me roba un dorito.

— Creo que no tengo que dar la charla de ciberseguridad y acoso otra vez, ¿verdad?

Niego rápido. — no, estoy bien.

— Mira. — me bajo por el otro lado de la cama y corro a buscar la caja donde tengo las notas guardadas. — Toma.

Toma la caja y la abre, por esta se asoman las notas perfectamente dobladas.

— Esto va a tomar tiempo. — me avisa.

Las saca con cuidado y empieza a leer.

Por mientras reviso a mi alrededor y por primera vez en mi vida me quejo por lo blanca que es, tan blanca que deja a mi cerebro pensar de más.

Le hago cariño al Tobi que ronronea sobre su espalda mientras como de mi helado para que no se derrita.

Mi mami suspira. — Suena como el Diego. — termina de dejarlas de nuevo en la caja.

Me saco la cuchara de la boca tosiendo por atragantarme con el helado.

— ¿Qué?

— Suena algo que escribiría el Diego. — me mira levantando una ceja.

Ya po', pololeameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora