Pink + white

474 48 4
                                    

La semana pasa rápido, el cumpleaños del Iván estuvo bien, no tome como en mi cumpleaños, pero tres copas no me hicieron daño.

Al igual que trate de no comportarme rara con el Diego.

Si bien seria estúpido no darse cuenta de que es él anónimo, espere la nota del viernes, ni quiera la leí, solo mire la canción.

Coincidía con la de la playlist.

Al igual que la canción del sábado, y del domingo.

También la del lunes, martes, miércoles y sobre todo jueves (hoy).

Y no quería decirlo por ser dramática, pero se ve totalmente ansioso, ya que no he respondido a sus mensajes ni he dejado preguntas.

Pero antes de hacer mi siguiente movimiento necesito hacer algo.

Luego de pedirle su celular para jugar.

Algo que siempre hago, no es extraño.

Tomo el mío y le envió un mensaje.

Anonimo10.4

Hola











Y espero.

Claramente el mensaje no llegaría a su celular, el cual se encuentra en mis manos ahora.

No actuó solo, recuerdo.

La Isi mira su celular, se levanta y muestra la pantalla a este.

Los tengo.

Veo como sus cuerpos están a punto de girar y me intento mostrar interesada por lo que estoy jugando, luego vuelven a girarse. La Isi empieza a teclear.

Recibo un "Hola Lucy".

Listo, esto es suficiente para mí.

Y creer que estaban traicionando nuestra amistad.

Ella lo estaba ayudando.

Nuestra reunión general empieza cuando el Iván vuelve a mi patio.

En vez de irnos en dos autos arrendamos una ban, no se si fue nuestra mejor idea o la peor.

— Como saben, ya esta guardada en la casa de la Lucy, por lo que vamos a salir de aquí. — empieza el Diego.

— Yo me voy a quedar con la Emi para que no sean más viajes. — sigue la Isi.

— Y yo me quedo en mi casa. — sonríe el Iván.

— Cinco de la mañana los quiero despiertos, a la cinco y media empiezo a buscarlos. — dice el Diego.

— Les juro que me despierto, pero llámenme. — nos dice el Iván.

— Pásame tu teléfono. — le dice la Isi.

Sin pensarlo lo hace.

— ¿Le avisaste a tu abuela? — me pregunta la Emi.

— Me dejo la llave donde siempre. — respondo.

— Estamos listos entonces. — dice la Juli levantándose.

Así hacen los demás.

Va a ser un día largo mañana.














Hace frio.

Después de bajar mi bolso y despertar a la Juli, me puse mi chaqueta y me tiré al sillón.

Aquí sigo todavía, no pienso moverme a las, cinco casi seis de la mañana.

Escucho a la Juli bajar las escaleras y luego sentarse a mi lado.

Ya po', pololeameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora