Double take

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El pasillo era lo más parecido el mall en navidad, estaba plagado de gente, y lo peor era que son de derecho.

La rivalidad entre psicología y derecho la invente yo y no me escondo, otra persona que quiera inventar lo contrario es mentira no le crean.

Este suceso sucedía cuando tenían que dar examen oral y hoy era el día, mis clases habían terminado y yo estaba cumpliendo con mi deber de mejor amiga acompañando a estos hueones.

— Permiso. — avanzo como puedo hasta que alguien toma mi mano y me jala.

— Agradéceme, te salve. — me suelto del Iván para sentarme en el piso con la Emi.

— ¡Llegaste! — aparece frente a mí la Isi. — pregúntame.

Me entrega una hoja la cual recibo a penas y hago lo que me pide.

— Isi, ¿Qué romano escribió esto?

Me quita de la mano la hoja. — Buta tu tampoco sirves.

— Ya po', gracias.

Guardo la carta que tengo en la mano para que no se rompa, porque hoy es un buen día, el anónimo volvió a escribir a mano.

— Oye, ¿Y el Diego? — pregunto.

— Sortearon a los hueones y le toco. — responde la Isi.

Le toco de los primeros.

A mi lado la Emi termina su parte del trabajo que tenemos que entregar mañana, yo terminé la mía hace un rato porque me fui al baño ya que el profe no me dejaba escuchar mis pensamientos porque hablaba mucho.

Sin respeto, cotorro culiao.

Levanto la vista perturbada cuando la Isi empieza a golpear su taco contra el suelo repetidas veces con nerviosismo.

— Guaren, córtala me está dando ansiedad. — tomo su pie para que pare.

— No puedo, tú sabes de esto, ayuda.

— Atragántate con agua ya te dije.

No me responde y empieza a pasearse por el pasillo leyendo su hoja como todos los demás.

— Lucy, ¿Te puedo dibujar? — me pregunta el Iván con su croquera y un lápiz en la mano.

Asiento, volviendo a mirar cómo se pasea la Isi.

De repente la puerta que esta frente a nosotros se abre aumentando la tensión en el ambiente, todos se giran viendo las personas que salen.

El Diego y otros se sus compañeros salen y son interceptados por sus compañeros con preguntas y ansiedad a flor de piel.

Vuelven a callarse cuando aparece un profesor no tan viejo, pero con cara de odiar a todos.

— Equipo dos, comercial, Isidora Gallardo...—

Veo como palidece y como robot avanza hacia la puerta sin mirar atrás, cuando pasa al lado del Diego, este le dice algo y le vuelve el color a la cara solo para susurrarle algo que entendí.

"Aweonao"

— ¿Cómo estamos? — el Iván es el primero en preguntar.

— Bien, creo.

Se sienta al lado de este sacándose la corbata.

Se me hace raro verlo sin tatuajes por eso que cada vez que veo que los tapa para los exámenes lo suelo mirar mucho, este lo nota ya que me atrapa mirando su cuello cubierto con su camisa que tiene abrochado hasta el último botón, así que los desabrocha hasta el tercero.

Ya po', pololeameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora