Capricho

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Capítulo 14

Law saltó de repente al escuchar un trueno que sacudió los vidrios del departamento. Sin querer, se había quedado dormido a la mitad de la película. —¿De qué me perdí? —le preguntó a Luffy con un enorme bostezo. El chico comenzó a relatarle en desorden todo lo que había pasado y Law supo que tendría que verla de nuevo para poderle entender. Sacó su móvil, miró la hora y frunció el ceño. —¿Zoro todavía no regresa? —le preguntó a su acompañante, quien negó con la cabeza mientras devoraba las últimas palomitas que quedaban en el tazón.

Llamaron a la puerta, y Law, suponiendo que su amigo despistado había perdido las llaves, abrió sin siquiera asomarse por la mirilla.

—¿Dónde está?

Law retrocedió unos pasos cuando un viejo, bastante corpulento para su edad, lo hizo a un lado sin problema.

—¿¡Dónde está ese maldito ingrato!?

Al verlo, Luffy pegó un grito.

—¡Abuelo!, ¿¡cómo me encontraste!?

El viejo lo tomó de la camisa y le acomodó un fuerte puñetazo en la mollera. —¡Llevo mucho sin saber de ti! ¿¡Cómo te atreviste a irte así, sin decir una maldita palabra!? —exclamó furibundo.

—¿Pero si tú fuiste el que me echó de la casa? —replicó con un hilillo de voz que dejaba en claro el miedo que sentía.

Su abuelo alzó de nuevo el puño, pero Law lo tomó del brazo antes de que pudiera darle otro golpe.

Garp lo miró un instante, y sin reparar demasiado en su persona, volvió a volcar su entera atención en su nieto.

—Nos vamos.

Luffy se puso en pie y, sobándose la cabeza, lo encaró.

—No pienso ir a ninguna parte.

Garp rechinó los dientes y lo agarró del brazo. —¡O vienes por las buenas, o tendré que arrastrarte conmigo!

Luffy era fuerte, sin duda, pero su abuelo aún conservaba una fuerza sobrehumana que parecía ser de familia. Así que, con algo de esfuerzo, logró llevárselo hasta la puerta.

—¡Basta, déjelo ya! —gritó Law, interponiéndose en su camino—. ¡Luffy es mayor de edad, usted ya no puede decidir por él!

—¿Y qué vas a hacer?, ¿llamar a la policía? —lo retó el corpulento anciano—. ¡Mientras este bueno para nada siga desperdiciando su vida yo tomaré las decisiones!

Law recibió un fuerte empujón, pero no cedió.

—Le sorprendería lo mucho que Luffy ha madurado desde que vive aquí. Tiene empleo y paga parte de la renta. Ayuda en casa y dedica el resto de su tiempo a la música. ¡Tiene un enorme futuro por delante!

Garp soltó a su nieto y se plantó frente al otro joven con un gesto intimidante. —La música es precisamente el problema. No es buena para él.

Law apretó los puños, tenso. Sabía que ese era un asunto familiar, pero no podía dejar que se lo llevara así.

—Nuestra banda fue elegida para participar en un concurso televisado. El sueño que tanto desprecia de su nieto está muy cerca de cumplirse. Sé que usted lo crió, y sé que en el fondo hace todo esto porque se preocupa por él. Así que si realmente lo quiere, debería brindarle su apoyo.

Garp miró a Luffy, y luego, a Law. Se picó la nariz con el mismo gesto estúpido con el que Luffy solía hacerlo y pareció tranquilizarse un poco.

—El padre de este mocoso tenía el mismo sueño, y no dudó ni un instante en abandonar a su familia para conseguirlo. Yo no quiero ese destino para él. Quiero que sea un hombre de bien...

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