Sospecha

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Capítulo 19

Doflamingo pegó un inmenso bostezo. Estaba cansado, ciertamente, y de no ser porque se trataba de una reunión tan importante la hubiera cancelado. Eran apenas las 6 de la mañana del sábado, el enorme edificio que le pertenecía a la Donquixote Family estaba casi desierto.

Se quitó los lentes un momento para frotarse los ojos. Pese a todo, tenía un humor excelente.

La noche anterior le había ido bastante bien. Cobra seguía confiando en sus palabras pese a que la mocosa de pelo rosa había intentado desacreditarlo, y para mejorar las cosas, había encontrado a Law.

Pensar en él le hizo sentir un revuelo en el estómago.

Desde el momento en que renunció se dio a la tarea de bloquearlo.

Si no era suyo no sería de nadie.

Pero el escurridizo hombre se las había ingeniado para salir de su radar.

Y ahora, al fin, sabía dónde encontrarlo. Se moría de ganas por hacerle una visita...

El eco de unos pasos le hizo abandonar sus ensoñaciones. Se colocó los lentes y esperó a que tocaran la puerta.

—Adelante —soltó con animosidad.

Un imponente moreno entró a su oficina. Doflamingo no pudo evitar mirarlo de arriba abajo. Ese hombre le parecía de lo más atractivo, pero sabía bien que coquetear con él podía ser peligroso.

—Me da gusto verte, "King" —saludó con cordialidad—. Siéntate, ¿quieres tomar algo?

—Hagamos esto rápido, tengo prisa —le respondió su invitado con sequedad.

Doflamingo soltó una risilla y le entregó un disco duro. —Toma, justo como te prometí, aquí están las grabaciones originales de toda la música de Ojos de Halcón, más un pequeño extra.

King alzó la mirada, en espera de una explicación, así que el turbio empresario continuó. —Te incluí también los 700 videos de las audiciones para la guerra de bandas, supongo que algunas canciones podrían servir de "inspiración" para tu jefe y su disquera. Dudo que estén registradas, casi todos esos músicos son novatos.

—Las tendré en cuenta... —soltó King con el rostro serio y sus ojos, rojos como la sangre, posados fijamente en él—, pero pasemos a lo más importante, ¿conseguiste hacer el cambio que te pedí?

Doflamingo bajó los pies del escritorio y de uno de sus cajones extrajo un folder. —No fue fácil. Tuve que mover bastantes hilos, sobornar a un par de personas extra, amenazar a otros más... tú sabes... pero aquí lo tienes.

El moreno recibió el documento y comenzó a revisarlo a detalle.

Era el contrato original de Ojos de Halcón.

Pasó hasta la última página y detuvo la vista en la elaborada firma de aquel hombre.

—¿Crees que sospechen?

—Para nada —respondió su acompañante—, la falsificación que dejamos en su lugar es perfecta.

King regresó un par de hojas y leyó el párrafo donde se estipulaba que los derechos de la música pertenecían al compositor y que quedaba estrictamente prohibido cualquier uso sin su consentimiento...

Era justo el párrafo que habían modificado a conveniencia.

—Bien —soltó King con cierto alivio—. Ahora solo falta que nuestra banda, On Air, gane el concurso, y en cuanto se pacte la gira con Ojos de Halcón, obtendremos los derechos sobre toda su música.

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