Insomnio

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Capítulo 17

Cuando la gala terminó, Zoro y el resto regresaron al departamento. Pasaron el camino haciendo bromas y comentarios sobre la gala. Dejaron a Ace en donde vivía y se despidieron felices.

Había sido una noche increíble para todos.

El único que parecía estar más taciturno de lo normal era Law, aunque ninguno de los otros le prestó atención.

Entraron al departamento y Luffy se dirigió a la cocina para ver qué podía devorar antes de irse a dormir. Zoro tenía la intención de seguirlo, pero Law lo detuvo con discresión.

—Tú y yo tenemos que hablar —soltó en voz baja, mirándolo directamente a los ojos con un gesto tan serio que Zoro se tensó al instante. —Cuando me contaste sobre Ojos de Halcón no quise creerte... pero ahora, sé que es verdad.

Zoro sintió que todo el cuerpo se le erizaba de repente, ¿los había visto? Eso era poco probable. —¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó.

Law ladeó el rostro como si todo fuera de lo más obvio.

—Empecé a sospechar cuando llegaste con esos boletos tan caros, pero fue cuando desapareciste en el intermedio que lo confirmé.

Law tomó a Zoro de la corbata y lo jaló con suavidad.

—Además, este nudo que traes es diferente al que yo te hice. ¿¡cómo no lo iba a notar!?

—¿En serio, la corbata me delató? —soltó Zoro con burla, retrocediendo un poco—. Bien, de todas maneras no es como si te guardara secretos, pero comprenderás que él me pidió discresión, así que no se lo cuentes a nadie más.

Law clavó la mirada en el suelo y se acomodó el cabello con cierta tensión antes de seguir hablando.

—Escucha, sé lo mucho que lo admiras y la manera en que te desvives por él, es por eso que esta situación me preocupa. Sabes bien que, para él, puede tratarse de algo pasajero, ¿verdad? Es poco probable que alguien de su categoría se fije seriamente en... bueno... tú me entiendes.

—En un simple mortal como yo —soltó Zoro con acidez—, lo sé, no tengo 15 años.

Law le colocó una mano sobre el hombro, haciéndole una suave caricia. —Eres un hombre increíble, solo quiero que no separes los pies del suelo.

Zoro le revolvió el cabello en un intento de liberarse de la tensión que sentía. —Tus palabras de anciana me reconfortan. Estaré bien, ¿hay algo más que necesites saber antes de dejar este tema tan incómodo?

—Sí —soltó Law con un tono de voz aún más serio, tomándolo de ambos hombros para mirarlo directamente a la cara.

—¿Qué tan grande la tiene?

El rostro de Zoro se puso del color de un tomate y empujó a su amigo para evitar el contacto visual.

—Por tu reacción puedo deducir que sí conoces la respuesta, ¡eres un fácil! —se burló Law, avergonzándolo todavía más.

Tras evadir otro par de preguntas subidas de tono, decidieron, buscar algo para cenar, pero descubrieron, muy tarde, que Luffy ya había saqueado el refrigerador.

—¿¡Dónde se metió ese maldito!? —bramó Zoro. Al parecer, tras tremendo atracón, ya se había ido a dormir—. Lo mataré por dejarnos sin cena.

Law se puso el dedo sobre los labios para pedirle silencio y abrió un cajón en lo más alto de la alacena. Sacó una caja que decía "avena" y de ahí extrajo un enorme paquete de galletas.

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