Competencia

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Capítulo 15

Zoro llegó a su departamento poco después de las dos. Al entrar, se encontró con que Law se había quedado dormido en el sillón al lado de Luffy.

—¡Ya llegué! —gritó con toda la intención de despertarlos, pero el único que pegó un brinco fue el pobre de Law.

—¿¡Dónde diablos estabas!?, ¡marqué mil veces a tu móvil y jamás me respondiste! —le recriminó y, al levantarse del sillón, tumbó a Luffy, sacándolo de su profundo sueño.

—Preocupados... estábamos... —susurró el menor mientras se limpiaba la saliva que se le había escurrido mientras descansaba.

Zoro soltó una risilla, asustándolos.

—¡Ah, lo siento, mamá! Ni siquiera había visto la hora, es que pasé toda la tarde con Ojos de Halcón... cocinamos juntos, escuchamos música y nos besamos. ¡Este ha sido el mejor día de mi vida!

Law se acercó a él, y al notar que estaba empapado de pies a cabeza le tocó la frente para revisar si tenía fiebre.

—Sí, claro, y nosotros pasamos la tarde con Gold Roger y su banda, regresó de la tumba sólo para tomarse unas cervezas —respondió con sarcasmo, seguro de que a su amigo se le habían pasado las copas.

—¡Es en serio! —se defendió Zoro entre risas, pero no había manera en que los lograra convencer.

Law comenzó a empujarlo hacia su recámara.

—Duérmete, que falta te hace, ya mañana me cuentas todo, ¿de acuerdo?

Zoro, que estaba demasiado feliz como para llevarle la contraria, obedeció con una docilidad asombrosa. Realmente estaba exhausto ya que, tras salir del departamento de Ojos de Halcón, había tomado el bus equivocado, y después de subirse a otros tres en un intento vano de corregir el rumbo se quedó sin dinero y tuvo que caminar bajo la intensa lluvia.

Entró al cuarto, se tumbó de bruces sobre la cama y se quedó profundamente dormido.

Law comenzó a menearlo, alertado por la rapidez en que se había perdido. —Zoro... oye, Zoro... tienes que quitarte la ropa mojada o te vas a enfermar.

Luffy, quien estaba recargado en el marco de la puerta, soltó un enorme bostezo. —Olvídalo, Torao, una vez que se duerme no hay manera de hacerlo reaccionar.

Law soltó un sonido de hastío, no era su maldita niñera... pero tampoco se sentía capaz de dejarlo así.

—Vamos, Luffy, ayúdame a sacarle la ropa.

Entre los dos comenzaron a desvestir a su amigo, quien solo soltaba un ronquido de vez en vez. Le quitaron el abrigo, botas, calcetines, camisa... pero en cuanto Luffy le quitó el pantalón, tiró también de su ropa interior.

—¡Para qué le quitas el bóxer! —exclamó Law mientras se giraba hacia otra parte para no ver el trasero de Zoro que había quedado al aire.

Luffy lo miró como si no entendiera el problema. —Es que también estaba mojado —se excusó mientras lanzaba lejos la ropa empapada.

Law tomó el edredón y tapó a Zoro con rapidez.

—Listo, me largo a dormir.

Se dio la vuelta y tomó rumbo a su recámara, pero apenas había dado un par de pasos cuando recordó un pequeño detalle. —Oye, Luffy, ¿y vas a dormir con con él así?

Luffy se hurgó la nariz y miró al hombre desnudo dentro de la cama que compartían.

—Supongo —contestó con sequedad.

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