Maya.
―Así que finalmente abriste esa guardería con la que soñabas ―dijo Eric con una sonrisa―. Me alegro muchísimo, Maya. ―Dio un trago a su cerveza―. Recuerdo cuánto te emocionaste cuando hiciste el primer boceto de los uniformes.
―Dios, eran horribles ―dije avergonzada cubriéndome el rostro.
―A mí me parecían encantadores. ―Volteé los ojos―. De acuerdo, tal vez los leones se veían un poco raros. ―Comencé a reír y él se sumó―. Pero los elefantes se veían muy bien.
―Desde que llegamos no has dejado de preguntarme cosas, ¿tú que has hecho en este tiempo? ―Dejé caer antes de beber un trago de mi cerveza.
Llevábamos alrededor de media hora en el pequeño bar que estaba a unas pocas cuadras de mi casa y aunque al principio creí que sería incómodo salir un rato con el chico con el que había compartido un par de encuentros sexuales en mis años en la universidad local, a la que me incorporé un mes después de que Maddie naciera, fue todo lo contrario.
―Pues recorrí América del Sur por un año completo, luego me establecí en México por una corta temporada debido al trabajo. ―Sonrió―. Y poco después me dieron la oportunidad de diseñar un par de edificios empresariales así que aproveché lo hice. ―Se encogió de hombros y centró su mirada en la mía―. Ahora que te vi y sé que seremos vecinos, me alegro más de haber aceptado el puesto.
Sentí mis mejillas arder por un par de minutos.
―Me das demasiada importancia. ―Apoyó su mano sobre la mía.
―Solo la justa y merecida.
―¡Darling! ―Fruncí el ceño saliendo del aura íntima que se había establecido entre al arquitecto y yo.
Cuando me giré mis ojos casi se salieron de sus órbitas al ver a la banda favorita de mi hija mirando en mi dirección con expresiones amablemente educadas, excepto por Jaxon que tenía el ceño fruncido y las manos metidas en los bolsillos de su sudadera oscura. Ryle se acercó seguido de Marco, Nick y Andrew.
―¿Tú... conoces a Mask Off? ―cuestionó Eric, cuando lo miré, encontré pura admiración dirigida al grupo de hombres que se acercaban.
―Es complicado ―respondí―. ¿Los conoces?
―¿Bromeas?, soy su mayor fan. ―Me miró de reojo con una sonrisa―. No puedes negar que tu vida cambió mucho, May.
―Hola ―saludó Nick―. Estábamos de paso y Ryle creyó que era buena idea saludar.
―Hola, chicos. ―Asentí sintiendo una pesada mirada sobre mi perfil.
―¿Interrumpimos algo? ―preguntó esta vez Andrew sonriendo de lado.
―No, claro que no ―dijo Eric, lo miré con los ojos muy abiertos, pero fue en vano porque no me devolvió la mirada.
¿No?
―Jaxon, amigo ―Ryle tomó su antebrazo tirando de él en nuestra dirección―, ven a saludar.
Asintió en silencio haciéndome fruncir el ceño ante su falta de modales. Enarqué una ceja sin decir nada.
―Sutil, Ryry... sutil ―dijo Marco por lo bajo.
―¿No nos vas a presentar a tu amigo, Maya? ―cuestionó Andrew sonriendo.
―Yo...
―Los conozco. ―Saltó mi acompañante poniéndose de pie y estirando la mano para cada uno de ellos que devolvieron el gesto cortésmente―. Soy Eric ―dijo al tomar la mano de Jaxon.
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Siempre fuimos nosotros.
Ficțiune adolescențiHay miles de errores que se pueden cometer en el mundo. Como dejar las llaves dentro de casa, dejar un grifo abierto, tal vez ponerse la camiseta al revés, derramar un vaso de agua en tu comida. Pero créanme, ninguno de esos es tan grave como el que...