Jaxon.
Apreté el vasito vacío de cartón en mis manos volviéndolo inservible. Los resultados no estarían listos hasta el lunes, pero siendo sincero no los necesitaba, por mucho que me estuviera destrozando el corazón... tenía una idea bastante clara de lo que saldría como resultado. Lo había sentido hoy más que nunca con ese abrazo. Cuando volví a verla hacer ese gesto mío. Cuando vi sus ojos azules y su cabello oscuro. Lo sentí hoy cuando salí corriendo aterrado nada más terminar el concierto al ver el mensaje de Nancy avisándome que estaba aquí. No tendría que haberlo hecho, lo sabía, pero no me arrepentía, aunque ver a Madeline en esa camilla me golpeó como nunca nada lo había hecho y eso que sabía que estaba fuera de peligro. Pero verla tan débil y pálida fue una bomba para mí.
Luego estaba Maya.
Quise abrazarla y reconfortarla en cuanto la vi con el cabello despeinado y el rostro demacrado por la falta de sueño. Sus ojos tenían círculos grisáceos alrededor y estaban enrojecidos, lucía triste. Pero imaginar que yo estaba en lo correcto derrumbó todas mis ganas de volver a intentarlo con ella, no se lo perdonaría en la vida y eso me destrozaba... porque no tenía idea de cómo ser yo teniendo esos sentimientos por ella.
Tomé mi teléfono en cuanto escuché el timbre sin preocuparme en leer quien era.
―¿Sí?
―¡Mi niño!, tu hermana me contó que la hija de Maya está en el hospital. ―Miré la puerta de madera y suspiré.
―Hola, mamá. ―No podía estar más decaído―. Al parecer es solo un virus estomacal ―aclaré―. Nancy dice que si pasa mejor la noche, mañana podrá volver a casa.
―Ojalá así sea, cielo. ―Suspiró―. ¿Estás en el hospital?
―Sí, llegué hace una hora más o menos.
―¿Y qué tal fue?
―Fue... ―Miré de nuevo la puerta de la habitación de Maddie―. Fue... inexplicable, mamá.
―Oh, mi pequeña estrella. ―Pasé una mano por mi rostro―. ¿Qué te ocurre?
―No es... seguro, pero creo que la hija de Maya podría ser... ―Mierda, decirlo en voz alta era otro nivel―. Creo que podría ser mía también.
―¿Cariño, por qué piensas eso?
―¿Lo siento?, no lo sé, mamá. ―Maldije para mis adentros―. Hay demasiadas coincidencias.
―¿Y si lo fuera... qué harías?
―Enloquecer ―admití―. Tiene cinco años, mamá.
―Hijo, espero que obtengas el resultado que esperas, pero espero también que pienses bien antes de actuar y hacer algo de lo que podrías arrepentirte.
Bajé la mirada hacia el impoluto piso blanco del hospital y vi mi reflejo, negué y apoyé la cabeza en mis manos.
―Tengo que irme, mamá.
―¿Me prometes que pensarás bien todo?
―Lo haré, te amo.
―Te amo, mi pequeña estrella.
Colgué y revisé mis mensajes, entré al grupo de los chicos que estaba llenos de mensajes dirigidos a mí preguntándome por qué me fui sin decir una palabra del lugar del concierto.
Mask Off-Grupo de desastrosos desvergonzados.
Jaxon: Estoy en el hospital, chicos. Madeline se enfermó y decidí venir.
Ryle: Menuda putada, espero que mejore pronto, Jax.
Marco: Estamos aquí para lo que necesites.
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Siempre fuimos nosotros.
Roman pour AdolescentsHay miles de errores que se pueden cometer en el mundo. Como dejar las llaves dentro de casa, dejar un grifo abierto, tal vez ponerse la camiseta al revés, derramar un vaso de agua en tu comida. Pero créanme, ninguno de esos es tan grave como el que...