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⁎⁺˳◌◞ . ‧๋⋆ ་
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘-𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍
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Alice pov's:

Y de repente, sin darme cuenta, había pasado una semana.

Una semana donde le conté a prácticamente todo el mundo mi participación en el desfile. Me sentía demasiado feliz de hasta donde había llegado.

Respecto a Tom y a mi, estuvimos como siempre, solía venir alguna que otra noche a mi casa en la madrugada. Dormíamos juntos, en otras ocasiones nos ganaba la calentura.

Sobre la banda, finalmente terminamos la canción, y iba a ser lanzada el día de mañana. Con la ayuda de la cadena de música que firmamos, sabemos que será un éxito —o eso esperamos—.

Y ahora me encontraba aquí, tumbada con mi cabello húmedo, viendo mi teléfono sin mucho más que hacer. Había terminado mayoría de los trabajos, y quería descansar un poco mi mente, estaba demasiado aturdida.

Un ruido proveniente de la ventana me hizo saber quien había llegado. Como siempre, sin avisar. No me molesté en girarme.

— Hola, preciosa—. Tom caminó hacia mi cama, inclinándose para dejar un casto beso en mis labios. — No jodas, ¿he llegado tarde y no me ha dado tiempo para verte duchándote?—.

Reí por lo bajo. — Demasiado tarde—. Bromeé. — ¿No tenéis nada que hacer por allí?—. Cuestioné, ya que sobre estas horas él se solía encontrar ocupado.

Negó con la cabeza. — No, técnicamente es un día libre para nosotros...—. Murmuró acariciando mi cabello, mientras apoyaba su espalda en el cabecero. — ¿Tenías planes?—.

Negué con la cabeza al igual que hizo él antes. — Justamente hoy no—.

Ambos nos miramos durante unos segundos.

— ¡Vayamos de compras!—.

— Vamos a follar—.

Un silencio se formó en mi habitación.

Golpeé a Tom girándome sobre mi cama, quedando sentada. — ¡Cochino!—. Refunfuñé, escuchando una carcajada por su parte.

— ¿Quieres ir a el centro comercial?—. Cuestionó, asentí ante eso. — Vayamos entonces, bonita—.

Me acerqué para repartir besos por todo su rostro, escuchando leves risas. — ¿Me esperaras aunque tarde mil años en decidirme qué comprar?—. Pregunté entre besos.

— Sí—.

— ¡Te quiero, te quiero!—. Abracé su cuerpo, viendo como el correspondía a el abrazo y me envolvía entre sus brazos.

— Yo más cariño, yo más—.

[ . . . ]

Caminaba por el centro comercial junto a Tom, no tan libremente como hubiera deseado, ya que su rostro estaba prácticamente cubierto por sus gafas y una gorra, y no podíamos tener mucho contacto demasiado cercano, por los paparazzis y nuestros mismos amigos, que no sabían nada.

BEAUTIFUL COINCIDENCE; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora