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⁎⁺˳◌◞ . ‧๋⋆ ་
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘-𝐓𝐖𝐎
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Alice pov's:

Todo en orden.

En verdad, tampoco en tan orden.

Me giré sobre mis talones, observando los montones de ropa que inundaban todo el suelo de mi habitación.

Recogería esto más tarde.

Espera, olvido algo.

¡La ropa de Tom, carajo!

¿¡Donde se había metido!?

Rebusqué entre el montón de ropa rápidamente, lanzando el aire la ropa que no era, hasta llegar con la sudadera que él me había dado, junto a esos pantalones y la camiseta de mangas cortas de color negro.

Pasé mi mano por mi frente, cuando el timbre se escuchó.

Debía de ser Tom.

Tomé la ropa entre mis manos, bajando por las escaleras cuidadosamente para no tropezar.

Llegué hasta la puerta, abrí está encontrándome con Tom, apoyado en el marco de la puerta, con sus icónicas gafas de sol, una chaqueta algo grande, junto a sus míticos pantalones mil tallas más grandes que la de él.

Mientras yo, opté por un outfit algo sencillo, un top de palabra de honor, sin mangas, junto a unos pantalones de mezclilla y una chaqueta a conjunto.

Él contrario me escaneó con la mirada durante unos segundos, solté un pequeño carraspeo. — Hola, eh. — Dije rodando mis ojos, mientras él soltaba una pequeña risa.

— Te ves bien. — Me halagó él, sonreí abiertamente, para después extenderle la ropa que tenia entre mis manos.

— Aquí tienes la ropa que me dejaste esta mañana. — Dije, viendo como él tomaba la ropa.

— Te dije que no hacía falta. — Murmuró él, tomando sus prendas, pero luego tomando una específica de color negro. — Eso para el recuerdo, ¿no? — Dijo soltando una carcajada, tomando entre sus manos mi ropa interior de color negro, la cual había tomando accidentalmente ya que el color de la camisa y mis bragas era totalmente igual.

Sentí como la vergüenza recorrida todo mi sistema, y como mis mejillas comenzaban a calentarse excesivamente por la vergüenza. — ¡Dame eso! — Alcé mi mano, pero este ya la había subido antes, impidiendo que yo lo tomara. — Fue un error, no creas que yo quería que... — Gesticulé frenéticamente, moviendo mis manos con mucha rapidez.

— Está bien, Alice. — Me calmó él. — Es un lindo detalle. — Dijo acomodando las gafas en el puente de su nariz, mientras se giraba sobre sus talones, y yo salía detrás de él cerrando la puerta antes de irme.

Ambos caminamos hacia su deportivo, el mismo con el que me fue a buscar el día que me esperó en mi academia de baile. Abrió la puerta trasera, dejando la ropa encima de los asientos.

Me dirigí hacia la puerta de copiloto, abriendo esta y sentándome, mientras él se sentaba en el asiento de piloto.

Tom abrochó su cinturón, imite su acción. — No me has dicho a donde vamos. — Añadió él, arrancando el coche. — Yo puedo decirte un buen lugar para comer.

BEAUTIFUL COINCIDENCE; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora