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⁎⁺˳◌◞ . ‧๋⋆ ་
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐘-𝐅𝐎𝐔𝐑
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Tom Kaulitz pov's:

¡Tom!—. Solté un quejido al escuchar esa voz, moviéndome entre las sábanas y tapando mi rostro con estas, obligándome a volver a dormirme. Estas noches no he podido apenas conciliar el sueño. —¡Maldito, levanta!—. Y de un tirón, mi hermano menor me quitó las sábanas, sintiendo al instante la intensa luz que entraba por mi ventana chocar contra mis ojos.

—Joder, ¿qué es lo que sucede?—. Me estiro y tallo un poco mis ojos, reincorporándome en mi cama, dejándome ver como él estaba completamente vestido, y yo, bueno.

—¿Lo has olvidado? ¡Hoy vamos a ver el lugar donde celebraremos el cumpleaños de Alice!—. Hasta que ahí recordé. Un poco desubicadas, ¿no?
Pronto iba a ser el cumpleaños de Alice, realmente ella ha estado muy estresada y reiteró una infinidad de veces que no quería hacer ninguna celebración, pero, eran sus dieciocho años, no iba a ser un cumpleaños cualquiera. Los chicos y sus amigos nos pusimos de acuerdo para organizar una fiesta sorpresa. Y, hoy era el día donde íbamos a preparar todo, queríamos sobrellevar todo esto antelación para que nada saliera mal.

—¡Mierda, mierda!—. Y tan pronto como mi cuerpo me dejó reaccionar, tropezando con mis propios pies, me dirigí hacia el armario, rebuscando en mi desastre algo que ponerme.

—No sé que harías sin mi—. Espetó Bill detrás de mi, rodé mis ojos haciendo gestos sin que él los pudiera ver. —He estado hablando con Lukas... Dice que a ella le gustan las fiestas pequeñas, por lo que le dejamos en sus manos invitar a quien quiera—. Explicó, en lo que me quitaba mi camiseta de pijama y me colocaba otra de color negro.

—He pensado que podemos invitar a mamá—. Girándome con una amplia sonrisa, vi una mueca por parte de mi hermano. —¿No es genial? Me encantaría que ellas dos se conocieran... Y que sepa nuestra madre que al fin he conseguido un verdadero amor—. Hablé antes de que mi hermano me pudiera contradecir.

—No sé... Quizás es algo ¿Pronto?—. Murmuró cruzándose de brazos. Y sí, a lo mejor era algo pronto, pero el tiempo no definían la inmensa cantidad de sentimientos que tenía hacia Alice. Era ella, era la chica por la que perdía toda la cordura.

—Nunca es pronto si los sentimientos son indicados—. Terminé de abrocharme mi cinturón, algo sorprendido aún por aquella palabras que salían de mi boca. Había cambiado, y estaba orgulloso de ello.

—Hablaremos con los chicos. Después, si todo va bien, con Simone—. Finalizó la conversación saliendo por la puerta, en lo que hacía un mohín en mi labios. ¿Quizás si era algo precipitado? Lo dudaba. —¡No tardes!—. Su voz me sacó de mis trance, maldije por lo bajo terminando de colocarme mis zapatos.

—Tom...—. El cabello del rubio se logró a ver en lo que entreabría mi puerta como un niño pequeño.

—Las revistas están debajo del colchón—. Terminé de decir antes de que me pudiera pedir algo. Sus ojos se abrieron y asintió frenéticamente. —Ten cuidado no te vayas a encontrar algún condón ahí—. Reí, para después salir por la puerta y buscar algo para llenar mi estómago.

[ . . . ]

—¿De verdad que no puedes venir?—. Repitió Lukas con cierta preocupación, sosteniendo su teléfono en su mano y caminando de un lado a otro, mientras yo no podía ni concentrarme en lo más mínimo en la conversación que estábamos teniendo con el señor que nos estaba enseñando el local donde celebraríamos el cumpleaños de Alice.

BEAUTIFUL COINCIDENCE; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora