Girls und Panzer - Generationenkrieg || [FANFICTION]

Cap 18 - Traición y desorden

Mientras el 5to Batallón y el grupo A eliminados eran trasladados de vuelta al distrito capital junto a los batallones 2 y 3 de la USTB y los grupos C-D-E-F de la 088 CTF para que sigan viendo la competencia como espectadores, la cosa en el campo de juego solo se intensificaba, especialmente al norte del estado Portuguesa, en las proximidades a la frontera con el estado Lara, dónde el grupo B y el 4to Batallón llevaban persiguiendose y dándose de cañonazos sin parar por las montañas en una caza de 11 contra 11.

Por un lado tenemos al grupo B junto a unos cuantos tanques del grupo G (Konni e 088) de la 088 CTF comandado por Leonor Kotobuki en su último tanque Tąrttuu ML-X, junto a los últimos tanques Leox VII de Fabi Câmara y Kimi Hyrüle que servían como scouts y escoltas en su grupo. Leonor y los suyos venían aplicando una técnica de "golpe y escape" aprovechando el terreno montañoso el cual no era para nada firme, puesto que a veces este ocasionaba estragos como caídas de piedras o deslizamientos debido al intenso fuego cruzado, y querían tomar como objetivo el otro lado de la montaña ya que les serviría para ejecutar una mejor contraofensiva, aunque había que decir también que durante todo esto el grupo B sufría bajas lentas y graduales, y es que sus tanques se habían desgastado tanto que hasta sus pocos milímetros de blindaje restante no servían para protegerles siquiera, eso sin mencionar que sus motores de casi más de 35 mil caballos estaban en sus últimas por lo que su eficiencia era claramente menor a la habitual.

Por otro lado tenemos al 4to Batallón comandado por Mika, y como segundas al mando estaban Jajka (comandante de Bonple High School) y Jouko (artillera del StuG de Jatkosota) quienes seguían ejerciendo presión sobre la 088 como si cada segundo fuese el último de sus vidas, teniendo cuidado de que todos sus disparos contra los tanques enemigos fuesen certeros, y con esto poco a poco los grupos B y G de la Compound Taskforce sucumbian lenta pero seguramente, pues de sus 11 tanques en conjunto poco a poco se reducían a 10, después a 9, después a 8 y así. Todo esto parecía ir a pedir de boca para el 4to Batallón, de una forma un poco sospechosa, pues los disparos que recibían de los tanques de los grupos B y G enemigos no acertaban ni un disparo contra los tanques del 4to Batallón, además que por alguna razón no todos los tanques del batallón de Mika estaban atacando, absteniéndose a únicamente permanecer detrás de la primera línea.

Detrás de las líneas de fuego por parte del 4to batallón estaban los 4 tanques de Maginot, unos 2 tanques R35 y 2 tanques SOMUA S35, en los cuales, dentro de uno de ellos se encontraban Treblinka Haslinger y Wallace Kraków, estudiantes de tercer año de Maginot Girls' College (que anteriormente estuvieron en Bonple High School), las cuales cumplían los roles de comunicadora por radio y cargadora respectivamente. Haslinger con su micrófono de cuello cambio de forma sigilosa a una frecuencia ajena a la que usa Bonple, con la cual tuvo una serie de intercambios de diálogos con otra persona que, claramente, no era Jajka o Mika:

- Treblinka: Niim wklięg propænym nschmäzdom, kur SOMUA S35 das R35 gliejk. (Estamos en postura para tomar el control, tanques objetivo SOMUA S35 y R35)
- ??? (intercomunicador): Deffirgöhm (adelante)
- Kraków: Dąhr gübløm (Ya era hora)

En el intercomunicador de Treblinka se oía la voz de nada más ni nada menos que de Heikki Hankala, quien recibió la autorización para tomar el control del tanque SOMUA S35 en el que estaban y así comenzar una "pelea interna" dentro del 4to Batallón, pero no solo eso, sino que más estudiantes "infiltradas" recibieron el mismo llamado en los demás tanques de Maginot, por lo que no sería raro que en un fugaz movimiento estas chicas sacaran un tazer de alto voltaje con el cual arremetieron contra las demás estudiantes de Maginot dentro de sus tanques para posteriormente hacerse con el control de los SOMUA S35 y Renault R35, no sin antes atar de tobillos y muñecas a las tripulantes verdaderas de Maginot neutralizadas además de ponerles una mordaza en la boca, cosa que también tomó por sorpresa a Éclair – Comandante de Maginot – pues no se esperaba una situación tan impredecible como esta.