El inicio
Un suspiro de alivio escapó de entre mis labios cuando después de una larga tarde llena de tareas finalmente pude lanzarme en el sofá.
Odiaba las semanas de clases, sobre todo las que consistían en inalcanzables y tortuosos exámenes.
Taro, mi pequeño gato, no tardó ni tres segundos en aparecer y subir a mi pecho para poder esconder su cabecita en mi cuello y alegrarme el día.
Con una sonrisa llena de amor comencé a acariciar su lomo.
Cuando lo adopté, había adoptado esa extraña manía de enterrar la cabeza en la curva de mi cuello sin razón alguna y como nunca me moleste en apartarlo, después de un año esa costumbre no se le había borrado.
El teléfono vibrando en mi bolsillo me sacó de mi ensoñación y con cuidado de no mover a Taro lo cogí. Eran mis padres.
Contesté al segundo tono y hablé con ellos mucho más tiempo del que tenía pensado. Para cuando colgué ya había pasado una hora. Aún así seguía siendo demasiado temprano como para comenzar a preparar la cena. Viendo que no tenía nada mejor que hacer en esos minutos, aproveché para abrir Google, entrar a Animeflv y buscar un anime cualquiera de doce episodios, pero los planes cambiaron cuando ninguno acaparó mi atención y terminé metiéndome al mismo de siempre, que por cierto era mi favorito.
Podría ver mil animes distintos y entretenidos, pero por muchos años que pasaran ninguno le haría frente a Naruto.
Pronto me percate de que las seis de la noche se habían transformado en las once, doce y una de la madrugada.
Misión dormir temprano: fallida ❌
Ambas sabemos que nunca lo lograremos querida.
Aparte a mi gato durmiente con delicadeza, me levanté con una enorme pereza, inmensas ganas de tirarme en la cama y un sueño que estaba a punto de consumirme peeero... también con hambre. Por eso, media hora más tarde, me encontraba comiendo felizmente mi arroz con huevo mientras observaba con una sonrisa embelesada las imágenes que tenía guardadas de mi personaje favorito.
Al terminar, entré a mi habitación, revisé mi horario de clases y metí todos los materiales que usaría al día siguiente, preparé mi uniforme y lo dejé en una esquina de mi escritorio.
Volví al salón, lleve en mis brazos a Taro y lo dejé en un costado de mi cama en donde se enrosco igual a una dona. Aparte el edredón, me metí bajo las sábanas, coloque mi cuerpo al lado de la ventana y admire el paisaje más bello de mi ciudad. Las hermosas y alumbrantes constelaciones.
Siempre me había parecido que era lo más bonito para quedarse dormido y apenas se me dió la oportunidad de comprarme un departamento, me asegure de que la ventana más grande se encontrara en la que fuera mi habitación. Así, cada noche mis ojos se iban cerrando mientras contaba una y otra vez cada estrellita.
Y sí, eso significaba que yo ya no vivía más en la casa de mis padres. Había tomado la decisión de independizarme un atrás. Ellos no le vieron nada de malo a mi decisión y de hecho, les pareció una espléndida idea para que yo aprendiera a valer por mi misma y no esté esperando que alguien más me mantenga. Dijeron que si deseaba sobrevivir por mi cuenta ellos no tendrían ningún inconveniente, pero, siempre y cuando la responsabilidad de estudiar no la hiciera a un lado. Y por supuesto que no lo hice. Mantuve mis estudios y mis nuevas responsabilidades, en equilibrio.
ESTÁS LEYENDO
Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú)
FanfictionEl amor es tan extraño, espontáneo y curioso que nunca sabes quien será aquella persona destinada a ser tuya. Quizás sueñas con que sea una persona que conoces desde pequeño, un extranjero millonario, el vecino que te parece una obra de arte o inclu...