CATORCE

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Dudas

Suspire, buscando en lo más profundo de mí, la inspiración que tanto necesitaba.

Llevaba una hora. Una maldita hora intentando añadir una nueva página a mi jodido proyecto escolar.

Y lo asquerosamente frustrante era que, mientras más me esforzaba, más me disgustaba el resultado y terminaba eliminandolo. Carajo.

Para colmo ni siquiera podía seguir dándome el lujo de tomar "pequeños descansos". No cuando ya había hechado a perder cuatro valiosos días en los que pude haber avanzado y no pensaba ir a por el quinto. Mañana era la fecha límite de entrega.

Hundí el rostro contra la almohada al tiempo que volvía a eliminar una nueva página.

—Estas hecha un asco —el comentario me sobresaltó.

Gire mi cuerpo sobre la cama, dirigiéndole una mirada rápida a la ventana.

—¡¿Sabes el peligro al que te estas exponiendo allí?! —le cuestione con histeria a Sasuke al enfocarlo.

Necesitaba que se bajara ya mismo de mi ventana y dejara de pisar el delgado marco.

—Tengo chakra en la planta de los pies, no me sucederá nada.

No convencida con ello y dispuesta a meterlo antes de que su cabeza se estrellara con el piso que estaba a más de dos metros de distancia, me levanté de la cama y lo jale con fuerza del brazo.

—Pues prefiero no correr el riesgo.

—Dramática —me soltó en un susurro eh hizo el además de volver a la ventana abierta.

—Ni si quiera lo pienses, Uchiha —me atravesé en su camino, abriendo tanto mis brazos como mis piernas para ocupar más terreno.

Puso los ojos en blanco, con obvio desagrado.

—Quizás en Konoha sea de lo más normal colgarse de las ventanas, pero aquí no. Si te ven parado en ese delgado marco de dos centímetros, solo lograrás que se preocupen y crean que probablemente te quieres suicidar.

—¿Y quien dijo que no quiero hacerlo? —mi cuerpo entero se tensó ante su bajito susurro que de seguro fue para si mismo.

¿Acaso el...?

—¿Y que hacías ahí parado para empezar? —le cuestione, pasando por alto su comentario —¿Acaso me estabas espiando?

—Para nada. Lo único que quería evitarme el bullicio del salón. Por eso camine por la pared de afuera que se conectaba con tu habitación hasta tu ventana. Tenía planeado encerrarme aquí —corrigió, sentándose en la orilla de mi cama.

— Pues lamento decírtelo, pero si quieres encerrarte será conmigo —enarco una ceja, buscando una razón —. Necesito entregar un trabajo para mañana y como requiere de toda mi concentración no puedo ir a hacerlo en el salón. Aunque si no te gusta la idea podrías ir de vuelta al balcón —sugerí.

Negó.

—Tus amigas están allí.

—¿Encerio? Nunca las había visto salir.

—Ajam. Y ya que no han de entrar en un buen rato porque acaban de salir supongo que no tengo más opción que compartir contigo el cuarto ¿verdad? —asentí, sacándole un suspiro —. Ya que.

Sonreí ante su derrota, tomando asiento en la parte superior de la cama.

—Tienes un escritorio, ¿por qué haces tú trabajo en la cama?

Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora