Solución
Tres horas. Ese había sido el tiempo en el que logre descansar. Tan solo tres horitas.
Y hubiera permanecido mucho más tiempo en mi cama, bajo las mantas y durmiendo profundamente, pero no podía darme el lujo de faltar justo en la semana de exámenes.
Tras un suspiro agotado, observé el reloj colgado en mi pared.
Las seis. Tenía aproximadamente una hora para desayunar, repasar mis apuntes, alistarme e irme al colegio.
Así que, aparte las sabanas de mi cuerpo con suma lentitud y delicadeza, tratando de no interrumpir el sueño del resto.
Camine en puntillas hacia mi armario, saqué mi uniforme, y salí de la habitación llendo directamente al baño para para arreglarme. Como solo acostumbraba a rizar mis pestañas y a ponerme un poco de brillo labial, no tardé mucho. Además de que dejé mi cabello suelto y no hice más que solo cepillarlo y desenredarlo.
Me prepare otro tazón de cereales y comí mientras releía mis apuntes. Al terminar, le dejé algo de comida a Taro para cuando despertara y dejé una pequeña nota sobre la encimera, explicando que dentro de seis horas regresaría.
Las primeras cuatro horas de clase tuve que hacer un gran esfuerzo para que mi cerebro trabajara. En cuanto a los exámenes, no estuvieron de lo más complejos sí, pero de todos modos hubo preguntas que me dejaron pensando un buen rato. Aún así no creo haber sacado una nota menor a nueve.
Aunque...
Ya vamos a empezar.
Me hubiera gustado estar más preparada para los exámenes. Pues así estaría tan tranquila y relajada como mi mejor amiga, que si bien no le fue de lo mejor , estaba fresca y despreocupada. Bueno, también malhumorada por la resaca pero ese ya era otro tema aparte.
-Odio las fiestas -se quejó, sobando su cabeza.
Solté una risita.
-Eso dicen antes de volver a ir -le recordé, divertida.
-Hey, no es mi culpa tener debilidad por el alcohol y los chicos lindos ¿vale?
Negué con una pequeña sonrisa.
-Ay Mía... -suspire.
Mía era mi mejor amiga desde el año pasado. Yo había sido esa tímida y callada niña que no se llevaba con nadie, mientras que ella la simpática y alegre que le gustaba llevarse con medio mundo. Nos hicimos amigas luego de un proyecto en parejas, pero nunca pensé que nos volveríamos tan inseparables.
-Por cierto, ayer intercambie números con un chico de la fiesta -me informó, emocionada.
Volví a la actualidad y puse los ojos en blanco.
Sí, Mía era ese tipo de chicas que vivía por y para los chicos. Un día era uno y al siguiente otro. Para su buena suerte ella era realmente linda, así que nunca a experimentado el rechazo de alguno.
Tenía el cabello castaño con mechones rubios, piel blanca y de porcelana, ojos verdes pero con motas avellanas, una sonrisa deslumbrante y además, contaba con un buen cuerpo a pesar de ser algo escasa de senos y culo. Supongo que los genes de su madre extranjera le favorecieron al nacer.
-¿Conoces a Javier? -atrajo nuevamente mí atención.
Me mantuve pensativa, tratando de traer a mí los cientos de compañeros que compartían clases conmigo. A diferencia de los otros chicos que Mía me había mencionado en el pasado, a este logré ubicarlo en tan solo segundos.
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Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú)
FanfictionEl amor es tan extraño, espontáneo y curioso que nunca sabes quien será aquella persona destinada a ser tuya. Quizás sueñas con que sea una persona que conoces desde pequeño, un extranjero millonario, el vecino que te parece una obra de arte o inclu...