DOS

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¿Un...hermoso sueño?

Si mi mandíbula no estuviera pegada al resto de mi cráneo estoy segura de que hubiera llegado al piso.

Esto debía ser una broma.

O mejor aún, un sueño.

En un acto torpe y atropellado retrocedí, observando de un lado a otro mi salón, el cual, por cierto, se hallaba completo e inexplicablemente lleno: Habían personas inconscientes en mi sofá y en el piso. Desparramados y con la cara contra la madera. Pero por extraño que suene eso no fue exactamente lo que me dejó inmóvil, o bueno, no en su mayoría, sino el hecho de que todos esos rostros, melenas, facciones... se me hicieran tan familiares.

—Joder. Siento que la cabeza me va a estallar.

Pronto, esas y otras quejas se distribuyeron a lo largo de la habitación mientras todos comenzaban a volver en sí.

Parecían tan atónitos que ni siquiera habían dado con mi presencia. Sus cuerpos pronto se enderezaron, pero no se movieron de su lugar. De hecho, sus ojos eran los únicos que iban de un lado para el otro. Al igual que los míos.

Intente hablar en varias ocasiones, pero mis cuerdas bucales parecían haber desaparecido.

—¿Donde... Donde estamos?

La repentina pregunta tuvo efecto sobre mí y volviendo a tener poder sobre mi cuerpo, de una zancada alcancé el florero vacío que adornaba la mesita del salón y como si de un arma se tratara fui apuntando con él a cada uno de los presentes.

Mi existencia por fin fue visible para ellos ante tal brusca acción y al igual que yo, habían adoptado una postura defensiva.

—¿Quien eres?

El silencio reinó en la habitación tras la nueva pregunta. Todos esperaron una respuesta en ese lapso de tiempo. Y aunque quería dárselas no puede hacerlo.

Me encontraba aterrada, atónita...perpleja. Y fue exactamente eso mezclado lo me impedía poder vocalizar algo coherente.

—¿Acaso eres muda? —ante tal acusación negué —. Entonces no creo que te haga mal usar la boca de vez en cuando.

Fruncí el ceño.

—No voy a responder la pregunta de un extraño —aclare, por fin logrando encontrar mi voz para defenderme — . Además, soy yo la que debería hacer las preguntas aquí. Así que será mejor que me respondan. ¿Quienes son?

—Tampoco respondemos preguntas de extrañas —dijo la misma voz femenina que hace un momento me atacó.

—Bien, pues hagamos esto de manera igualitaria. Yo respondo a sus dudas si ustedes responden a la mía — sugerí entre dientes. La paciencia no era mi mayor virtud.

Los ví dudar ante mi propuesta, pero al final todos asistieron.

—Pero antes, suelta el florero.

Miré mal a la persona que lo había sugerido y dubitativa fui bajando el florero hasta dejarlo en el piso. Cuando lo solté, ellos alejaron su postura defensiva y adoptaron una más tranquila.

—Bien, te escuchamos.

—Bueno, para empezar el lugar en el que están es Forget. Y en segunda, me llamó Paulette —respondí. Al ver que habían procesado la información proseguí —. Su turno. ¿Como se llaman?

—Naruto Uzumaki —se presentó el rubio de ojos azules que tantas veces me había hecho reír.

—Sakura Haruno —murmuró desconfiada la desgraciada que me había dicho "muda"

Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora