VEINTIDÓS

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Labios

Había pasado una semana desde que corté mis viejos lazos. Aún era extraño salir y comer sin Mía, pero poco a poco me fui acostumbrando a no tenerla alado mío. Carlos y los otros cuatro chicos que conocí se encargaron de que el proceso fuera más llevadero, pues desde el día en el que los conocí han estado comiendo conmigo en la cafetería e incluyéndome en su grupo.

Por otro lado, estaba a nada de salir de vacaciones.

Las clases estaban por llegar a su fin y no podía estar más aliviada. Adoraba las vacaciones. Me daba un tiempo para ir a ver a mis padres, salir a algún lado y ahora hallar la manera de devolver a mis amigos a su mundo más que nada. Por mucho que la idea me causara un nudo en el estómago.

Salí de mi ensoñación al sentir una rápida y dolorosa presión contra mi mejilla.

¿Pero que...?

—¡Fue Naruto! —gritó Lee desde el otro extremo del salón, señalando al rubio.

—¡Lee! —le gritó él de vuelta.

Les puse mala cara a ambos en señal de advertencia, pero reí fuertemente cuando el cojín se estampó ahora contra el rostro de Naruto.

—¡Sasuke! —se quejó ahora, pero el nombrado no hizo más que fingir inocencia.

—¿Qué?

—¿Como que qué? —me hize hacia atrás en el sofá cuando Naruto le lanzó de vuelta el cojín —. ¡Me arrojaste eso a la cara!

Sasuke no tuvo problemas en agarrar el cojín con una mano antes de que llegara a siquiera rozarlo, cosa que me pareció sorprendente teniendo en cuanta que había estado viendo hacia otra dirección. Vaya reflejos.

—Cálmate ¿quieres? Pareces una cría jugando así —demandó en su lugar.

Naruto soltó un gruñido al no atinarle y recibir ese comentario, pero al menos se sentó y dejó de hacer alboroto.

Tras asegurarme de que Naruto y Lee se quedarán quietos, regresé mi atención a la laptop y le eché otro vistazo a la plataforma del Colegio.

—Es la quinta vez que revisas esa cosa —señaló Sasuke a mi lado —. Para de una vez.

Le fruncí el ceño.

—Estoy nerviosa, ¿okey?

—¿Por qué? —preguntó Naruto.

—Porque hoy publicaban las notas de mis exámenes y proyectos finales —le expliqué.

—Te va a ir bien. Tranquilizate un poco —insistió Sasuke.

Naruto no se sorprendió al ver que me trataba de calmar, pero sí que me permitiera apoyar la cabeza contra su hombro. Todos ya se estaban acostumbrando a que nos lleváramos bien, de hecho ya no les parecía relevante vernos juntos como al principio, pero casi nunca me a dado una muestra de afecto frente los demás: es decir, nada de abrazos, ni sonrisas, así que supongo que eso aún se les hacía extraño de presenciar.

—¿Acabas de poner tu cabeza contra su cuerpo y él no te está mandando al diablo por eso? Wow —Naruto negó, impresionado, confirmando mi teoría.

Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora