TRECE

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Holis ;)

Antes de que continúen con la lectura quiero agradecerles por el apoyo que le están dando a mi historia. En serio, el que lo hagan me impulsa a seguir escribiendo y creando nuevos capítulos ❤. Se que todavía soy un poco nueva y novata en esto pero me esforzaré por mejor.

Y solo me queda decirles que no se olviden de votar y comentar 😁.

Ahora sí, veamos como nuestro Sasuke se va suavizando un poquito jajaja.

Paulette


El lunes y el martes fueron un asco.

Mi novio, mantuvo su mala leche y prefirió continuar ignorandome durante las clases antes que disculparse. Y lo peor no era eso por absurdo que suene, era que pusiera a Mía de su lado. No podía acercarme a ella porque enseguida llegaba él para arrebatarmela y llevársela. Ni siquiera pude hacer equipo con Mía en la clase de matemáticas porque Andy ya lo había hecho. Y era tan estresante ver como ella no hacía nada más que seguirlo.

Esperaba que hoy, miércoles, las cosas mejorarán aún que sea un poco.

Entré al salón, con la esperanza de que Andy no estuviera ya en él. Busqué con la mirada a mi mejor amiga y a penas logré localizarla entre los estudiantes, sonreí. Estaba sola. Eso solo significaba que tenían una oportunidad para hablar con ella antes de que el idiota de mi novio llegara.

Camine apresurada hasta su puesto, deseando que el tiempo estuviera a mi favor y me diera unos minutos para actualizarnos.

—¡Al fin! —exclamé con alegría al sentarme frente a ella —¿Me podrías explicar por qué demonios te dejas manejar por Andy? Llevas dos días igno...

Me detuve al notar las lágrimas que recorrían sus mejillas.

—¿Mía? —levanté su rostro con una mano, preocupada.

Sus sollozos se hicieron audibles cuando sus azulados ojos se encontraron conmigo. Y eso despertó todas mis alarmas. Nunca la había visto llorar con tanta intensidad.

—Lo siento, lo siento mucho Paulette —su voz se quebró.

—¿Por qué te disculpas así? ¿Que pasó? —la abracé sin saber que otra cosa hacer —¿Andy... Andy te hizo algo?

Trague grueso cuando la mención de ese nombre le sacó un sollozo más sonoro.

Los ojos de nuestros compañeros ya estaban puestos en nosotras y los murmullos no tardaron en rodearnos.

Metiches.

—Ven, faltan cinco minutos para que inicie la clase —jale de su mano —. Vamos a que te laves la cara ¿si?

Asintió, poniéndose de pie con mi ayuda.

Se pasó el dorso de la mano por las mejillas, limpiando el agua salada que no dejaba de resbalarle mientras salíamos a los corredores de la institución.

Al llegar al baño cerré la puerta detrás de nosotras y me acerqué.

Tomé de sus hombros, girandola hacia mí.

Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora