DIECIOCHO

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Revelación inesperada

-¿Iras a la fiesta del viernes?

Contemple la posibilidad de hacerlo mientras me sentaba en una zona verde de la institución junto a Andy y Mía, quien me habían hecho la pregunta.

Pero tras recordar los planes que ya había hecho con anterioridad para esa misma noche, negué.

-Lo lamento chicos, pero creo que esta vez paso -anuncié.

-¿Pero por qué? -se exasperó mi mejor amiga -. Si siempre vienes con nosotros.

-Quedé con un amigos para esta noche-les explique.

-No me digas que con los del otro día -intervino Andy, cambiando su expresión a una más severa.

Le lance una mirada de advertencia, recordándole muda mente que ya habíamos hablado sobre la forma en la que debía tratar a mis amigos.

-Sí, con los que cenamos.

-¿Y no les puedes decir que vengan con nosotros? -intervino Mía.

Andy le dió un codazo mal disimulado que la hizo tambalearse.

-¿¡Qué te pasa, Andy!? -le espetó ella.

-No creo que esa sea una buena idea, Mía -le advirtió entre dientes.

-¿Por qué no?

-Ni siquiera están invitados.

-¿Y? Es una fiesta colegiala. La mayoría de adolescentes que van no son invitados -señaló.

Un razón por la que a mí no me gustaban esas reuniones.

Estar rodeada de desconocidos alcoholizados no era mi plan favorito para terminar la semana, pero siempre terminaba siendo arrastrada por Andy y Mía. A ellos sí que les fascinaba ir a esos lugares.

Hoy hubiera sucedido exactamente eso; después de tanta insistencia suya habría aceptado ir, los acompañaría hasta la media noche y regresaría a mi departamento con la excusa de estar cansada, pero ahora tenía quince personas en mi departamento con las que quería pasar mi noche.

Observe la discusión que mi mejor amiga estaba manteniendo con mi pareja, pero decidí no intervenir. Ni siquiera discutían por algo verdaderamente serio, solo por la fiesta. Que irritante.

Una pequeña parte de mí a notado que disfruto más la compañía de los quince antes que la de esos dos. Y estaría mintiendo si digo que eso no me hace sentir miserable porque la verdad es que cada que me lo recuerdo, una sensación de culpabilidad me ocupa el pecho. Es decir, se supone que Mía es mi mejor amiga y Andy mi novio. Nadie debería brindarme más comodidad que esos dos, pero...no era así. Con ellos no sentía la misma libertad de ser yo misma como con los chicos.

Y algo me dice que eso no debería ser así, pero como siempre que esta clase de pensamientos me abordaban, los mando a lo más recóndito de mi mente y me centro en algo distinto.

-Además, dudo que quieran ir con nosotros -terminó de decirle Andy a Mía antes de echarse contra el césped, darle la espalda y cerrar los ojos para ignorarla.

-Eso tú, no lo sabes -refunfuñó la rubia antes de volverse a mi con una reluciente sonrisa -¿Y bien? ¿Vendrán con nosotros?

-Vendrán me suena a manada -murmuró Andy.

Mía lo ignoró categóricamente, manteniendo su vista y atención puestas en mí.

-No es una mala idea -le reconocí tras unos segundos.

Deseos Cumplidos (Sasuke y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora