CAPÍTULO XXVI NO HAY RAZONES VÁLIDAS

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"Dicen que los lamentos no tienen sentido, pero no dejaré de pensar en ti (me equivoqué)"

Necesito dejar de pensar, necesito desconectar las emociones que siento en este momento, ¡tengo una hija por Dios! Una hija que es igual que yo, una hija que está pasando por las mismas putas situaciones que yo pasé, tan solo va a cumplir 6 añitos, podría decir que las cosas habían cambiado, pero no, los niños siguen siendo iguales. El dolor que siento en esos momentos no sé cómo afrontarlo, gestión de emociones diría Jisoo, lo que es irónico viniendo de una chica que desde los 15 evita enamorarse de las mujeres, da igual ella y Sana son mi hogar y no lo tengo aquí.

Fui traicionada por las personas en quienes se supone que confías, pero no, me engañaron de la manera más vil.

Salí de la casa de Jennie sin mirar atrás, tomé el casco y subí a la moto, Bambam y mis padres intentaron detenerme, pero no puedo afrontarlos ahora. La única manera que conocí en los primeros años en Londres fue emborracharme hasta adormecer todo y es lo que necesito justo ahora.

Llegué a un bar como a una cuadra del hospital de mis padres, no quería ir al hotel, me buscarían allí. Lo había visto la primera que vine desde que llegué de Londres.

Me dispuse a beber, beber hasta no sentir nada. Apagué el teléfono, no quería pensar en nadie, no está noche. Mañana o pasado ya encontraría la manera de hacerle frente a toda la situación.

Pasaron horas y soy la única aquí, ya no estoy en mis cinco sentidos pero todavía dolía, la traición dolía, dolía que mi hija estuviera sufriendo por ser diferente, yo también sufrí, dolían y pesaban los primeros años de su vida, dolía que Jennie se hubiese ido, dolía todo lo que no pudo ser.

─ ¿Capi? – tenía los brazos sobre la barra - ¿Lisa? – me giré, tal vez era alguien del hospital, maldije en mi cabeza no poder ahogar mis penas en paz y tranquilidad.

─ ¿Chaeyoung? – sus ojos se iluminaron, ella estaba hermosa, cuando venía hacía mí noté un muy pequeño cojeo en su pierna izquierda – Chaen brinda conmigo.

─ Capi... - me miraba con... ¿Lastima? –estas muy ebria.

─ No, todavía no – pedí otro trago – aun siento dolor – lo bebí como un shot.

─ ¿qué tal si me cuentas capi? – vi que despidió al barman que me estaba atendiendo y ella se posicionó allí, detrás de la barra.

─ Tengo una hija Chaen – por mi tono ella no sabía si felicitarme o no.

─ ¿Eso es malo?

─ No Chaen – le pedí otro trago – es lo mejor que me ha pasado en la puta vida.

─ ¿Entonces?

─ Tiene cinco años y la conocí hasta hoy – me bebí el trago igual que los demás – Jennie es su madre.

─ ¿Me estás diciendo que Lily es tu hija? – asentí – la conozco por una vez que estuve en el hospital – su tono era de total sorpresa.

─ Es mi hermosa hija – le pedí otro y ella negó – Chaen – la miré fijo – me puedo ir a otro lado – me comencé a levantar y puse un billete en la barra.

─ Capi no – me tomó del brazo – ven conmigo – sinceramente ya no podía mantenerme en pie.

Subimos por unas escaleras, bueno Chaen me cargó, yo no pude subir ni el primer escalón. Llegamos a un mini apartamento y ella me acostó en la cama.

Una Cosa Llamada Vida JENLISA - CHAESOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora