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SAKURA HARUNO 

Saben que, retiro lo dicho. En mis diecinueve años de vida, nunca dije tal estupidez como la que dije anteriormente. Que fue esa mamada de "Lis cosis ni si pidin ponir peor". PUES SE PONEN PEOR CADA QUE DIGO ESA VERRRRGA, me tengo una suerte que sabe que a culo... Bueno, tenemos, porque estos dos no se salvan. 

Las cosas siempre se pueden poner peor, y créanme, se pondrán peor. Me doy cuando de eso cuando luego de pasar por tantos eventos desafortunados en menos de 48 horas, se nos muestra un rayo de luz que trae consigo esperanza; Conseguimos un (muy robado) transporte, que nos cayó de maravilla después de haber caminado y corrido por horas, también un teléfono celular, perfecto para llamar a cualquiera de los chicos para que nos diera una ubicación y encontrarnos de nuevo para largarnos de aquí... 

Yo tenía una sonrisa dibujada en mis rostro, pensé que ya todo estaba solucionado, tomé ese celular entre mis manos y cuando lo intenté encender para realizar la llamada más fokin importante de mi vida, tal parece que el desgraciado del taxista no tenía idea de lo que era un puto cargador y el celular no tenía batería. 

—Me lleva la que me trajo y no estoy hablando precisamente de mi madre... Si no de la que Naruto se come.— Dije, fastidiar a Naruto me relaja un poco. 

—Tú ya quisieras.— Disimuló la falsa ofensa. 

—Y ahora que pasó.— Dijo el Azabache mientras dejaba salir un suspiro desalentado. 

—La porquería esta no tiene batería.— Conté con frustración para luego lanzar el celular por la ventana, no se controlar mis arranques de mal genio perdón. —Si topamos con suerte encontraremos un teléfono público. 

—¿Teléfono público? ¿En pleno 2023? ¿En una de las ciudades mas modernizadas del primer mundo?— Objetó el rubio de atrás como si acabara de escuchar el mayor disparate. 

Yo volteé lentamente por sobre mi hombro para verlo. —Por eso dije "Si topamos con suerte", pedazo de armadillo.— Dije armadillo para no decir "pedazo de sordo de mierda" 

—¿Armadillo como por que o que?— Preguntó confuso. 

—Búscalo en google.— Lo molesté. 

—jajajaja que risa, deja y me regreso al rio de donde saltamos para buscar mi teléfono.— Dijo con una sonrisa más falsa que yo diciendo "Es sólo una mala nota, en el próximo examen la recupero" (me estoy quemando internamente) 

—Ustedes dos, hagan un poco de silencio antes de que me lance del auto o los lance a ustedes.— Advirtió y eso bastó para que el rostro de Hello Kitty se pasara al mío. 

—De ahora en adelante solo digan cosas que sean de ayuda, nada de insultos, nada de quejas, sólo soluciones.— Dijo sin despegar los ojos del camino. —Si ven algún teléfono digan "teléfono". 

—Okey Dora.— Dijo Naruto para luego recostarse hacia la ventana y ponerse a observar. 

Yo me puse a ver también pero tenía mejor vista ya que estaba en el asiento del acompañante. Lo que más veía eran casas, era un vecindario normal al parecer, no había luces a excepción de las de la calle. Empecé a rogar al cielo para que se nos cruzara algún teléfono o persona. 

Estaba volviendo a perder las esperanzas cuando mis ojos se posaron en una pequeña cabina de cristal ubicada bajo la luz de un lampara en una esquina. ¡Bingo! 

—¡Ahí!— Grité mientras señalaba emocionada. —¡Ahí hay una cabina telefónica. 

—¡Gracias espítirus del cielo!— Exclamó Naruto desde el asiento de atrás, aliviado. 

|𝙏𝙧𝙚𝙨 𝙋𝙚𝙧𝙧𝙖𝙨 𝙎𝙞𝙣 𝘾𝙤𝙧𝙧𝙚𝙖|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora