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SAKURA HARUNO

Adrenalina.

Eso es lo que siento ahora, no tengo miedo, algo dentro de mi ser me dice que no todo va a estar jodido y eso es lo que quiero creer. Mis pies chocan con el asfalto de las frías calles y solo me tengo que preocupar por no pisar mierda o algún chicle.

Mi corazón se acelera y siento mis músculos tensarse debido al movimiento que realizo al correr.

Una brisa fresca choca contra mi cara y de alguna manera se siente bien. Puede que esté loca por no sentirme asustada cuando un puto policía del FBI me viene persiguiendo pero es que, joder.

Estoy en las vegas, usando un vestido espantosamente caro y hermoso mientras corro por las calles iluminas con la buena música de las discotecas sonando en una noche estrellada y fresca, con alcohol corriendo por mis venas y esta adrenalina.

Eso no pasa todos los días.

¿O a ustedes sí?

Pues a mi no. Literalmente durante toda mi adolescencia me la pasé pensando en mi futuro profesional, mis estudios, metas de vida y poder chaparme a cierto azabache.

Jamás me detuve a descansar o disfrutar una buena salida con amigos que no fuera ir a los remates en las tientas de ropa a pelearme con señoras de 70 años por una bufanda.

Aunque sea solo por este día, quiero saber que se siente desconectarse de todo y correr ciertos riesgos, puede que no vuelva aquí, puede que esta oportunidad no se repita de nuevo así que planeo aprovecharla.

Si no, ¿qué anécdotas de la flor de mi adolescencia le voy a contar a mi futuros hijos?

"Yo me quedaba todos los días en casa viendo videos en YouTube y stalkeando a su papá por instagran en mi cuarto"

¡NO!

Es en este momento donde pienso: ¿Qué podría salir mal?

Solo hay que disfrutar el momento. Nadie ha salido herido de muerte, no nos están persiguiendo para matarnos. Y algo me dice que eso no ocurrirá. Puede que no tengamos tan buena suerte pero tampoco creo que tan mala como para ser perseguidos por unos locos armados en busca de volarnos los sesos.

O bueno, eso pensé hasta que Naruto se me adelantó, corría muy rápido, como si su jodida vida dependiera de eso. No lo había visto correr así desde que se tomó aquella caja de lecha caducada con un ramen instantáneo en medía clase.

De repente sentí como una gran mano me tomó de la muñeca y me empezó a jalar más rápido. Era Sasuke. Su rostro gritaba preocupación y eso es preocupante. Bueno, a mi me preocupa ya que este tipo no se asusta o altera con cosas superficiales.

Por instinto y curiosidad volteo a nuestras espaldas y santa madre de Dios, mejor no lo hubiera hecho.

Había unos tipos persiguiéndonos con armas, y no lucían muy contentos.

¿Pero por qué?

Seguro fue Naruto. De eso no cabe duda, ya que es él quien corre más alterado.

—¿Que carajo está pasando?— Le pregunto a Sasuke mientras acelero.

—No tengo la menor idea, solo sé que esos tipos no nos están persiguiendo para tomarse una foto con nosotros.

—Pues no, si tienen pinta de querer tomarse una foto... pero con nuestros cadáveres.

—Entonces más vale que corramos más rápido porque no me siento muy fotogénico ahora.

No respondí más me enfoqué en correr. Miro al frente y puedo ver el trasero de Naruto perderse entre el gentío.

|𝙏𝙧𝙚𝙨 𝙋𝙚𝙧𝙧𝙖𝙨 𝙎𝙞𝙣 𝘾𝙤𝙧𝙧𝙚𝙖|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora