—Entonces, ¿le dijiste que te gusta?
Niego con la cabeza. El cabello rojizo de Bryn se sacude, en negación.
—¿Por qué?
—Porque está enamorado de su ex —comento con dejadez—, me dijo que siempre la iba a querer.
Bryn hace una mueca de hastío.
—Pero está muerta.
Le dedico una mala mirada por su repentina insensibilidad.
—Al parecer, la muerte no anula sentimientos.
Ella se desliza con sus patines fuera de la pista. El entrenamiento ha terminado y yo estoy más exhausta que nunca. Beatrice no nos ha dado ni un respiro hoy porque los Juegos de Invierno están al caer y las competidoras deben estar preparadas.
Aunque yo no sea una de ellas.
Bryn y yo nos sentamos juntas en un banco para sacarnos los patines y ponernos nuestros zapatos.
—¿Qué vas a hacer con él?
Yo tardo unos segundos en pensar mi respuesta.
—Aceptar que me ve como una amiga y superarlo —hago un puchero involuntario—. No es la idea que más gracia me hace, pero me niego a perderlo.
Sin embargo, Bryn parpadea varias veces, como si hubiese dicho una incoherencia.
—¿En serio crees que Darien te ve como una amiga?
—Claro, me ha dicho que quiere a su ex, ¿qué más podría significar?
La pelirroja se lleva las manos a la cara.
—Darien ha intentado besarte y tú crees que te ve como una amiga. Los amigos no se besan.
—Sí se besan. —la contradigo con las mejillas coloradas cuando varias personas se giran para mirarnos raro.
—¿Ah, sí? ¿Con cuántos amigos tuyos te has besado tú?
Me cruzo de brazos, en negación.
—Eso no significa nada.
—Ya.
Frustrada, tomo mi bolsa con mis cosas de patinaje y me aventuro a salir de la pista. Por desgracia, la insistente Bryn me pisa los talones.
—¡Edith, venga! —protesta— Estoy tratando de hacerte ver la realidad.
La espero hasta que se pone a mi lado y continuamos con el camino. En el exterior, llueve a cántaros y hace mucho frío.
—No quiero confundir términos y que se aleje de mí. Me da miedo. —le explico mientras abro mi paraguas.
—¿Has hablado con Miley? Ella lo conoce mejor y, quizás, te puede guiar.
Sus palabras me hacen recapacitar. Sonrío cuando tomo una decisión y por fin se siente como la correcta.
—¿Sabes qué? Tengo una idea —la empujo hasta que queda debajo de mi paraguas y la hago andar— Sígueme.
Bryn me dedica una mueca de desconfianza, pero me sigue de igual manera.
Cuando llegamos a una cafetería famosa llamada Ivory's, cierro mi paraguas y entramos.
—¿Tú solución para lanzarte a por Darien es tomar café y cruasán?
Eleva una ceja y me mira con escepticismo.
—No —bufo—, le he dejado un mensaje a Miley para que venga aquí. Así hablaremos las tres.
Tomamos asiento en una mesa. El lugar es de estilo bohemio: el suelo y los muebles son de maderas (incluidas sillas y mesas), la iluminación es amarillenta y tiene estantes con libros como decoración.
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De corazones rotos y otros desastres ©
RomanceUna competición, un día de lluvia y un conductor en absoluto prudente es todo lo que se necesita para hacer que salten las chispas del odio..., ¿o quizás del amor? Portada realizada por: @Thera_mis.