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-Y por fin....acabado!!

Hanna se iba a pegar un tiro si seguía un minuto más en esa oficina.
Sólo pensaba en llegar a casa, ponerse el pijama, prepararse un ramen calentito y ver en Netflix su drama favorito.
Se le pasó por la mente que en sus planes estuviese Jimin, su novio, pero lo dudaba. Últimamente o no tenía humor o llegaba tarde a casa por culpa de ese estúpido proyecto súper importante que tenía su empresa.
Ya casi no se dedicaban tiempo a ellos mismos y su relación, y si lo hacían era para discutir por tonterías.
Y lo que menos quería Hanna hoy era discutir...
O eso creía, porque en cuanto llegó a su casa vió un montón de ropa en el suelo, platos sin lavar en la encimera y a su novio dormido en el sofá con un bollo de chocolate en su mano que se había derretido y manchado la tapicería.

- Joder Jimin!!! Mira cómo has puesto el sofá!!
El susodicho despertó sobresaltado por el grito y dejó caer el resto del chocolate, manchando todavía más el sofá.

- Hanna!! Casi me matas del susto joder!! Te parece esa forma de despertar a alguien???

- Estás de broma? Llego de trabajar y me encuentro el apartamento hecho un desastre y tú te quejas por cómo te despierto?

- Si, yo también he llegado hace un rato y sólo necesitaba descansar un poco. Es imposible tener un poco de tranquilidad en esta casa.

Hanna se echó las manos a la cabeza mientras buscaba un hueco libre donde apoyar sus cosas. Al borde del agotamiento y desesperada por la actitud de él, simplemente decidió no discutir más.

- Sabes que Jimin? Vete a la mierda!! He tenido un día horrible en el trabajo y sólo deseaba llegar a casa para descansar y relajarme. Pero viendo todo esto, casi prefiero los días que llegas tarde y no tenemos oportunidad de vernos.

Jimin se levantó y se acercó a ella mirándola a los ojos, muy serio y a la vez dolido.

- Eso crees? Es posible que tengas razón, vernos no nos sienta bien a ninguno de los dos. Ya no se donde está la Hanna de la que me enamoré, porque esta que tengo delante no se le parece en nada.

- Si, es cierto, te has cargado a la Hanna feliz y alegre con tu actitud. Enhorabuena.

Hanna dio media vuelta y se fue a su cuarto. Se metió en la ducha y rompió a llorar. No sólo de rabia, también de tristeza y agotamiento y queriendo despertar al dia siguiente en una realidad diferente.
Se metió en la cama sin cenar y se quedó dormida cansada de tanto llorar.
Jimin, por su parte, se quedó en el sofá, enfadado y rabioso, todavía pensando en lo que se había convertido su relación en los últimos tiempos.
Se querían, no se imaginaba su vida con otra persona que no fuese Hanna, pero no era una buena época para ninguno de los dos.
Quizás, un poco de aire les viniese bien.
Se quedó dormido pensando en la decisión que había tomado y escogiendo las palabras adecuadas.

Imperdonable park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora