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Hanna estaba en su casa, sintiéndose fatal. Tae acababa de mandarle un mensaje exigiéndole una cena como mínimo para perdonar su traición.

Él se lo tomaba a broma, pero Hanna sabía que había obrado mal. Además, sabía que probablemente a estas alturas Jimin ya supiera la verdad.

No estaba preparada para el siguiente cambio brusco en su vida. Ella y su bebé eran felices juntos, y si todo se estropeaba??

Unos golpes en la puerta le impidieron seguir reflexionando. Fue a abrir, tensa, sabiendo quién estaba al otro lado.

En cuanto abrió allí estaba Jimin, con los ojos rojos de haber llorado y sin mirarla, buscando con la mirada algo detrás de ella.

-Donde está? - preguntó entrando sin esperar invitación.

- Está durmiendo.

Jimin empezó a abrir puertas hasta que encontró la de la habitación de Dasom.

Se quedó parado en la puerta, casi sin respiración al encontrarse al niño de pie en la cuna, sonriendo y extendiendo sus manitas.
Hanna estaba a su lado en la puerta e hizo el amago de ir a cogerlo, pero Jimin la paró.

- Por favor, déjame intentarlo a mi.

Se acercó despacio a la cuna, sonriendo y con los ojos llorosos. El niño seguía sonriendo y haciendo ruiditos, mientras esperaba que lo izasen.

- Hola Dasom, soy tu papá. Lamento haber tardado en venir a conocerte, pero ya no te dejaré solo.

Con cuidado le acaricio una mejilla, provocando que el pequeño soltase un gorgorito. A Jimin se le escapó una risa nasal, el gesto del niño lo había enternecido.

Ya un poco más confiado lo cogió en brazos. El niño respondió favorablemente y como estaba recién despierto, apoyó su cabecita en el pecho de su recién conocido padre.

Ese gesto provocó que a Jimin se le escapasen las lágrimas que había estado conteniendo. Cerró los ojos mientras las lágrimas caían y abrazó a su hijo con todo el amor que acababa de descubrir que sentía mientras le susurraba todo lo que iban a hacer juntos.

Hanna observaba toda la escena en silencio, incapaz también de contener sus lágrimas.

Pasado un rato llevaron al niño a la cocina para que merendase. Jimin no lo soltaba, ni siquiera había aceptado sentarlo en la trona para que comiese. Lo abrazaba todo el rato, intentando recuperar en un solo día, un año entero de ausencia.

Jimin se puso a darle de comer al niño mientras Hanna no les sacaba la vista de encima. Estaba sin palabras, ver interaccionar a padre e hijo la derretía por completo. Lo había imaginado tantas veces que no podía controlar las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos.

- Esto es rarísimo, Dasom es bastante huraño con los extraños...

Jimin levantó la mirada ofendido.

- No soy un extraño, soy su padre. Él lo sabe y siente la conexión entre nosotros.

- Disculpa, no quise...

- No quiero discutir Hanna, pero tengo muchas preguntas que hacerte.

Por un instante conectaron miradas y ella asintió.

- Lo comprendo. Adelante, pregunta lo que quieras.

Jimin se quedó un rato en silencio, como escogiendo las palabras adecuadas. Cuando hablo, su mirada estaba cargada de reproche.

- Por qué nunca me lo dijiste?? Sabes que lo deseaba hace tiempo, me hubieses hecho el hombre más feliz del mundo.

Hanna bajó la cabeza, incapaz de sostenerle la mirada.

-Bueno, al principio las hormonas me jugaron una mala pasada y tuve muchas dudas. Pensaba que era una locura tener 2 hijos de 2 mujeres diferentes con solo meses de diferencia. Creía que como mi hijo sería el segundo en nacer , no lo ibas a querer igual.

- que?? Cómo pudiste pensar eso? - Jimin estaba ofendido.- Jamás se me ocurriría...

- Lo sé, ya te digo que fue un tema hormonal, pronto entré en razón. Deseaba contártelo pero no quería hacerlo delante de Leila. Ya me había robado todo en mi vida, con esto no se lo iba a permitir. - tomó aire y continuó. Recordar le dolía. - Así que esperaba encontrar un momento a solas. Creía que ese momento serían las noches, así que cada noche dejaba la prueba de embarazo sobre tu almohada. Pero nunca volviste a dormir conmigo.

Jimin sintió las palabras de Hanna como una puñalada directa al corazón. Cómo podía haberse equivocado tanto?? Se había perdido el embarazo, nacimiento y un año de su propio hijo por estar pendiente del hijo de otro hombre. Se sentía tan despreciable en ese momento.
Abrazó al niño mientras depositaba besitos en su cabeza. Las lágrimas habían vuelto.

-Lo siento, creo que nunca podré perdonármelo.

- A pesar de todo, lo intenté una vez más. En nuestra cena de aniversario, una caja con la prueba era mi regalo....pero te fuiste corriendo antes de abrirlo.

Hanna guardó silencio mirando al suelo mientras Jimin ya lloraba abiertamente, sollozando e hipando sin poder contenerse. Dasom lo miraba con curiosidad, jugando con las lágrimas que caían por su cara, lo que provocó una triste sonrisa en Hanna.

- Joder Hanna, cada cosa que me cuentas me hunde más en la miseria. Lo siento tanto...podrás perdonarme algún día??

Jimin hablaba entrecortado por las lágrimas. Hanna se sentía destrozada también. Recordar le hacía mucho daño pero verlo a él tan roto, la tenía devastada.
Palmeó su hombro con suavidad. Se moría por darle un abrazo, pero no se atrevió. No estaba segura de cómo podía responder su cuerpo al contacto con Jimin después de tanto tiempo.

- Tranquilo, ahora que ya lo sabes, nunca te alejaré del niño, podrás verlo siempre que quieras. Tenéis toda una vida para estar juntos y crear recuerdos.

Jimin la miró con los ojos todavía llenos de lágrimas.

- Y tú Hanna? Quiero estar con los dos, recuperar a mi familia.

Hanna sintió que el corazón le daba un vuelco. No podía ablandarse, no podía dejar que volviera a dañarla. La última vez la había dejado completamente rota. No se veía capaz de remontar de nuevo.

- Céntrate en el niño Jimin.

Imperdonable park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora