Hanna recogió las pocas cosas que tenía en casa de Tae y se fue con Jimin. Se despidió con cariño y muy agradecida de Tae.
Jimin no soltaba su mano, se sentía feliz de llevársela de vuelta con él.
Iban en el coche en silencio, Hanna miraba por la ventana, estaba nerviosa. No sabía cómo iba a reaccionar al ver a Leila, nunca se habían caído bien.
Para Hanna siempre había sido evidente el interés de Leila por Jimin, y eso le hacía sentir muy insegura.
Leila era muy atractiva y seductora. Incluso había episodios en su época universitaria dudosos entre Jimin y ella, pero Hanna había escogido confiar en su novio.
Y ahora todas esas inseguridades y pequeñas desconfianzas habían vuelto a instalarse en su pecho.
Llegaron al garaje, Jimin la ayudó a salir del coche. La abrazó y le dio un beso en la frente, parecía como si le hubiese leído la mente.- Todo va estar bien, si? Tranquila nena.
Ella solo asintió con una pequeña sonrisa. Le tomó la mano y juntos caminaron hacia el ascensor y la puerta de su apartamento.
En cuanto Jimin abrió, se escuchó a Leila desde el interior.
- Jiminnie!! Eres tú?
Hanna sintió un pinchazo en el corazón al sentir esa forma tan cariñosa en que Leila lo llamaba. Pero no dijo nada, había decidido apoyarlo y sabía que habría momentos complicados.
Fingió una sonrisa y entraron juntos de la mano en la casa.Al llegar al salón, Leila estaba allí sentada viendo televisión. Al verlos llegar levantó la mirada. La sonrisa se le borró al ver a Hanna, pero rápidamente la sustituyó por otra sonrisa, esta vez falsa, casi parecida a una mueca.
- Oh Hanna, bienvenida!! Jimin me ha contado que tuviste que salir de viaje estos días, me alegra que hayas vuelto. Gracias por dejar que me quede aquí.
- Hola Leila. Cómo te encuentras?
- Bueno, este bebé me da mucho trabajo. Creo que va a salir tan revoltoso como su padre.
Jimin soltó una risita, parecía enorgullecerse de su hijo.
Hanna en cambio sintió otro pinchazo. Nuevamente lo obvió.- Seguro que si. Bueno, iré a darme una ducha antes de cenar.
Se dirigió al cuarto y sin darse cuenta Jimin la había seguido. Cerró la puerta tras ella y la acorraló contra la pared.
- Me alegra tanto que estés aquí de nuevo mi amor. Necesitaba tenerte entre mis brazos.
La besó y poco a poco el beso fue subiendo en intensidad. Estaban completamente pegados el uno al otro.
Jimin comenzó a besar su cuello mientras la acariciaba.- Puedo ducharme contigo?
- Si, ven. Seremos discretos.Le fue desabrochando el vestido mientras ella iba desabotonando su camisa. Sin dejar de besarse.
- Jiminnie!! Puedes ayudarme??
La voz de Leila los interrumpió y se separaron frustrados.
- Mierda, lo siento. Vuelvo enseguida- peinó su cabello hacia atrás en señal de frustración y comenzó a abotonarse la camisa.- No te preocupes Jimin, me daré una ducha rápida y preparamos la cena.
- De acuerdo, pero esta noche no te me escapas nena.
Le dio un pequeño beso y salió de la habitación.
Hanna se metió en la ducha frustrada.
No se permitió a sí misma llorar. Debía ser consecuente con sus decisiones. Iba a apoyarlo, pasara lo que pasara.
Tal vez esas pequeñas cosas que le molestaban estaban provocadas por un exceso de sensibilidad por su parte. Seguramente pronto tendría el periodo.
Si, era eso, seguro.
Leila se veía bastante tranquila y cambiada. Seguía siendo preciosa, pero el embarazo parecía haber cambiado esa presencia seductora por otra más tierna. No parecía la chica que tanto la hizo sufrir en la universidad.
Hanna se obligaría a sí misma a ser positiva. Le daría una oportunidad a esta nueva situación.Se encaminó al salón, ya duchada y cambiada y los vio en el sofá enfrascados en una pequeña discusión sobre la seguridad de una u otra silla del coche.
No le encantaba la escena, se veía demasiado cotidiana e íntima. Pero con su nueva actitud positiva, decidió restarle importancia y acercarse a ellos.- Chicos, cenamos?- dijo con una sonrisa.
La cena fue bastante amena. Leila estuvo contándoles cosas de su trabajo recién perdido. No paraba de hablar, pero Hanna lo agradecía. Ella no tenía nada que quisiera compartir con Leila, y Jimin ya sabía todo de su vida.
Una vez terminada la cena, se fueron al sofá a ver una película.
Jimin sentado en el centro del sofá, cada una a un lado suyo. Pero él acariciaba todo el rato la pierna de Hanna, lo que le dio cierta tranquilidad y confianza.Al acabar la película, todos se levantaron del sofá para irse a la cama.
- Jiminnie, necesito tu ayuda. Disculpa Hanna, solo será un momento. Me cuesta encontrar la postura para dormir y Jimin me ayuda a moverme con esta barrigota.- Claro, ve con ella.
Jimin le dio un pequeño beso.- Ahora voy, espérame.
Hanna se fue a su habitación y se acostó esperando por Jimin.
Cuando ya habían pasado 45 minutos, su ánimo estaba por los suelos.
Se había jactado en la ducha de que las noches eran solo para ella, pero acababa de darse cuenta de lo equivocada que estaba.
Cada vez había menos espacio para Hanna en la vida de su novio.
Con lágrimas silenciosas se obligó a dormir, dándole la espalda al hueco vacío de Jimin.Cuando él llegó media hora más tarde, ella se despertó, pero siguió en su posición fingiendo seguir dormida.
Jimin suspiró al ver que no estaba despierta. Le dio un beso en la mejilla y se metió en la cama.
Al rato estaba dormido.
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Imperdonable park jimin
FanfictionCuando crees que tu vida está hecha, todo encaminado hacia un futuro prometedor, de pronto, todo tu mundo gira y lo que conocías y te hace feliz, se convierte en la mayor causa de tu sufrimiento. Ven, conoce a Hanna e intenta con ella recuperar la...