Hanna estaba tan feliz que salió temprano de trabajar para prepararse.
Cuando llegó a casa, Jimin acababa de salir de la ducha para arreglarse.
Le dio un beso en los labios y se metió en la ducha.
Al salir, Jimin ya no estaba en el cuarto, así que se tomó su tiempo para prepararse.
Se puso un escotado vestido azul ajustado hasta las rodillas que complementó con unos zapatos plateados de tacón.
Pelo suelto con las puntas onduladas y maquillaje sencillo.Escuchó voces en el salón y tras coger el bolso y el abrigo, salió de la habitación.
Jimin la miró boquiabierto cuando llegó, repasando su figura de arriba abajo.
A su lado, había una mujer que no conocía, la miró y Jimin se dio cuenta, le tendió la mano para que se acercara.- Estás espectacular nena. Ven, te presento a Bora. Es una enfermera que ayudará a Leila esta noche y mañana.
- hola, soy Hanna, encantada.
Le tendió la mano y Bora se la estrechó.
Leila parecía tranquila, con suerte, esa noche Bora no tendría demasiado trabajo.Hanna y Jimin salieron por la puerta cogidos de la mano, y al llegar al ascensor, Jimin tiró de ella hacia sus brazos.
- En serio que me tienes fascinado hoy cariño, y si repetimos lo de aquella vez en este ascensor? - dijo, mientras la apretaba contra él y besaba su cuello.
- Jimin!! Para, me ha costado mucho arreglarme, no me despeines!!- le dijo sonriendo e intentando alejarse de él, cosa que no consiguió.
- Es que nena, que sujetador llevas puesto? Parece que tus pechos quieran escapar del vestido, no puedo apartar la mirada.- mientras hablaba hundía su cara en su escote y bajaba sus manos a su trasero, amasando con ganas.
- Jimin!! Manos quietas!! Ya tendremos tiempo más tarde.
- Está bieeeeeen- dijo Jimin poniendo un puchero.- Pero ya te aviso que mañana no podrás caminar.
Hanna sonreía sin parar. Se imaginaba la cara de Jimin cuando descubriese el motivo de que sus pechos estuviesen tan desbordantes.
Llegaron al restaurante abrazados, mientras Jimin seguía susurrando cochinadas en su oído, que la hacían reír a carcajadas y sonrojarse al mismo tiempo.
La cena transcurrió entre risas, anécdotas y tonteos. No perdían oportunidad de besarse o acariciarse.A la hora del postre, Jimin sacó una cajita y la puso sobre la mesa.
- Nena, estos 7 años a tu lado han sido la mejor decisión de mi vida. No podría haber escogido mejor compañera que tú. Te quiero muchísimo Hanna, toma tu regalo y brindemos por el resto de nuestra vida juntos.
Hanna recibió el regalo emocionada. Era una pulsera de oro con un labrado muy elaborado entre el que se podía encontrar una H y una J. Por dentro, grabado "Senza fine" en honor a la canción favorita de ella y en referencia a su amor sin fin.
Se puso la pulsera y se lanzó a besar y abrazar a Jimin.
Se dispuso a sacar de su bolso la caja con la prueba de embarazo y ponerla delante de Jimin, pero el teléfono de él empezó a sonar.
Lo sacó del bolsillo y lo miró con preocupación.- Disculpa, es la enfermera, voy a atender fuera que aquí hay mucho ruido.
Jimin se alejó de la mesa para atender la llamada, mientras Hanna permanecía ansiosa en la mesa mirando la cajita que cambiaría para siempre su vida.
Cuando Jimin volvió, parecía preocupado y con prisa.
- Nena, tenemos que irnos, Leila está con mucho dolor, están de camino al hospital. Todo apunta que hoy será el parto.
- Vamos Jimin, será una falsa alarma como siempre.
- Hanna, no me puedo arriesgar, vamos, ya volveremos a cenar otro día.
Y entonces Hanna entendió todo.
Ya nunca más sería ella la prioridad para Jimin. Siempre estarían Leila y su hijo alrededor, exigiendo cada vez más de él, y Jimin estaría siempre dispuesto a dárselo.
Y no quedaría nada para Hanna y su hijo.
Antes podría asumir vivir con ello, pero ahora no, ahora su bebé era lo más importante.
Iba a defender a su hijo con uñas y dientes, aunque eso supusiese oponerse a Jimin.- No. Yo no me voy Jimin.
Jimin la miró sin comprender.
- Que dices Hanna? Puede nacer mi hijo hoy y no me lo quiero perder. Que parte no entiendes Hanna?
Antes de responder Hanna tomó aire. Iba a soltar el veneno, toda la amargura que había sentido esos meses iba a salir por su boca, y Jimin tendría que escucharla.
- Que parte no entiendes tú, Jimin? Leila tiene falsas alarmas cada vez que tú y yo tenemos un momento de cercanía. Desde que ha llegado a nuestras vidas no hemos pasado una noche juntos, ni siquiera me tocas. Es que no lo ves??
Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero la rabia era más fuerte y conseguía controlarse.
- Hanna, deja tus estupidos celos, ya no estamos en el instituto. Estamos hablando de mi hijo, de verdad que no te reconozco.- Jimin la miraba dolido, y sin poder creerse que su dulce Hanna le estuviese hablando así.
- No? Entonces es que no me has conocido nunca. Hoy estoy siendo más yo misma que nunca. Leila nos está manipulando a los dos, y yo no voy a consentirlo más. - respiró profundo y le tendió una mano, ya más tranquila.- Quédate conmigo Jimin, solo quiere fastidiarnos la noche.
Jimin miró la mano tendida y la agarró intentando rebajar tensión a la discusión.
- Vamos Hanna, esto es una estupidez. Podemos cenar mil veces más, mi hijo solo va a nacer una vez.
- No va a nacer hoy Jimin, Leila quiere separarnos, quiere quedarse contigo, es que no lo ves?
Jimin soltó su mano y se apartó el pelo de la cara con frustración.
- Pero tú escuchas lo que dices??
- Si Jimin, y he llegado a mi límite. Nunca pensé hacer esto y ponerte en un compromiso, pero tendrás que escoger. - Hanna sintió como Jimin se tensaba al escucharla.- Puedes irte, seguirle el juego a Leila, volver a casa dentro de un par de horas porque habrá resultado una falsa alarma y estropear nuestra noche por el camino. O puedes quedarte, esperar a que la enfermera te diga que todo era una invención de Leila, pasar una noche feliz conmigo y de paso hacerle entender a Leila que no puede jugar a su antojo con nuestra relación.
- Vaya Hanna, no dejas de sorprenderme. Ahora me pones un ultimátum, por qué no me dices claramente la amenaza que esta elección lleva implícita? - Jimin la miraba dolido, incrédulo y enfadado.
- No es una amenaza Jimin. Yo no voy a seguir bailando al ritmo que marca Leila. Si tú quieres seguir siendo su marioneta, es evidente que nuestros caminos ya no siguen paralelos.
- Que clase de persona me hace escoger entre mi hijo y mi relación? Me voy y te daré tiempo para que reflexiones Hanna. Espero que te des cuenta de la crueldad de tus palabras cuando te llame para informarte que el bebé ha nacido esta noche.
Jimin se levantó y empezó a recoger sus cosas. Hanna, entre lágrimas se apresuró a guardar la caja con la prueba de embarazo.
- Adiós Jimin, no te mereces este regalo. Espero que no tengas que arrepentirte de esta noche.
El la miró indignado y salió del restaurante a toda prisa.
Hanna por su parte, se quedó unos minutos estática en la mesa, dejando caer sus lágrimas mientras agarraba con fuerza la caja.Pero rápidamente se puso en marcha. Sabiendo que tendría algo de margen mientras atendían a Leila en el hospital, cogió un taxi que la llevó a su casa. Metió sus pertenencias en unas maletas, las cargó en su coche y salió de allí a toda prisa, rumbo a casa de Tae, buscando el apoyo que necesitaba.
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Imperdonable park jimin
FanfictionCuando crees que tu vida está hecha, todo encaminado hacia un futuro prometedor, de pronto, todo tu mundo gira y lo que conocías y te hace feliz, se convierte en la mayor causa de tu sufrimiento. Ven, conoce a Hanna e intenta con ella recuperar la...