Hanna
Consideró que ya había dejado pasar un tiempo prudencial, así que se puso en contacto de nuevo con Tae.
Él se alegró mucho con su llamada, y tras la bronca pertinente por desaparecer y dejarlo preocupado, le dio su nueva dirección. En cuanto pudo, fue a verla.
Le contó su ruptura con Jimin, lo sabía, pero le faltaban los detalles. Le habló de Leila, de cómo impedía que pasaran juntos cada noche.
Tae se sorprendió al enterarse de su embarazo, insistió en que debía contárselo a Jimin, pero ella se negó. Le pidió no tocar ese tema, todavía le dolía recordarlo.
Seguía muy dolida y triste, estaba muy delgada y desganada, necesitaba a su amigo con ella.
Tae le brindó todo su apoyo, no la dejaría sola, la visitaría siempre que pudiera y guardaría su secreto para el resto del mundo.
Jimin
En su casa todo era caos, Leila definitivamente se había puesto de parto.
Ya en el hospital, mientras atendían a Leila y la acomodaban en una habitación, Jimin no sabía qué pensar.
Estaba abrumado pensando que hoy se convertiría en padre. Pero no conseguía estar feliz, no era así como se imaginaba que sería el nacimiento de su primer hijo.
El asunto con Hanna lo tenía completamente hundido y no era capaz de disfrutar el que se supone que debería ser el día más feliz de su vida.Leila estaba allí, sufriendo los dolores de parto, pero Jimin solo podía pensar en Hanna, hasta en ese momento le habría gustado tenerla a su lado, ser la primera a la que le presentase a su hijo.
Leila estaba agotada, habían tardado en ponerle la epidural y los dolores la habían dejado destrozada.
Ahora estaba más tranquila, descansando un poco, mientras la anestesia le iba haciendo efecto.Jimin estaba sentado a su lado, con la mirada perdida.
Se le veía muy triste y Leila no pudo aguantarlo más.- Vete a casa Jimin, estás agotado.- le dijo acariciando su brazo.
- No, no puedo dejarte aquí sola, va a nacer pronto nuestro hijo.- intentó darle una sonrisa que más parecía una mueca.
- Vete Jimin, no es tu obligación estar aquí, has sido maravilloso, pero este bebé no es tu hijo.
Jimin se levantó del sofá como un resorte, los ojos como platos.
- Qué acabas de decir??
- Lo siento Jimin, ya estaba embarazada cuando tú y yo nos acostamos en Japón, acababa de enterarme y el padre no quiso saber nada del bebé.
- No puedes estar hablando en serio...- había vuelto a sentarse por la impresión.
- Perdóname, te vi allí, siempre me habías gustado y creí que podría ser nuestra oportunidad para ser una familia. Pero volviste con Hanna y te fuiste a la mañana siguiente. Me olvidé del tema hasta que empecé con los problemas en el trabajo.
- Por Dios Leila....
- Pero sabes una cosa? Has sido tan maravilloso estos meses, me has tratado tan bien que me he dado cuenta de que te quiero. Pero de verdad, de una forma en que tu felicidad es lo que más me importa, y no puedo soportar verte tan infeliz por mi culpa.
- No sé qué decir Leila, me has destrozado la vida que tenía planeada...
- Lo sé, sé que nunca podrás perdonarme, pero lo único que puedo hacer por ayudarte es liberarte a tiempo, antes de que conozcas al niño, antes de que te encariñes con él y te quedes cerca de nosotros. Te debo al menos darte la oportunidad de rehacer lo que yo rompí.
A estas alturas ambos lloraban ya sin parar.
Leila de alivio, al fin decía la verdad, podía continuar con su vida y recibir a su hijo con la conciencia tranquila.
Jimin de puro dolor, su vida había sido destrozada por una mentira y ya ni siquiera le quedaba el consuelo de ese niño por nacer.- Que te vaya bien en la vida Leila, cuida a ese niño, no tiene culpa de nada. Pero.... No quiero volver a verte.
Salió del hospital completamente ido. Que iba a ser de su vida ahora?
No quería volver a su propia casa, llena de cosas de bebé, no sabía dónde estaba Hanna y necesitaba tanto su apoyo...
Se sentía perdido y desorientado.
Salió con su coche y se puso a conducir sin rumbo.
Cuando se quiso dar cuenta, estaba parado frente a la casa de sus padres.En cuanto su madre le abrió la puerta se lanzó a sus brazos llorando.
Como pudo, entre sollozos le contó todo, la ruptura con Hanna, su desaparición, la confesión de Leila...Según iba hablando y siendo consolado por su madre, una solución le vino a la mente. Necesitaba un cambio, alejarse y tomar perspectiva.
El servicio militar era algo que debía hacer si o si antes de los 30 años, así que se le ocurrió que este era el momento adecuado para él.
Con suerte, Hanna desaparecía de su mente y podría reconstruir su futuro sin que ella doliese tanto.
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Imperdonable park jimin
FanfictionCuando crees que tu vida está hecha, todo encaminado hacia un futuro prometedor, de pronto, todo tu mundo gira y lo que conocías y te hace feliz, se convierte en la mayor causa de tu sufrimiento. Ven, conoce a Hanna e intenta con ella recuperar la...