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- Joder Jimin, habla ya, te juro que estoy temblando- dijo Hanna ya desesperada.

Jimin deshizo su agarre y la cogió de la mano para hacerla sentarse en un banco.
Se sentó a su lado, girado hacia ella para poder verla a los ojos.

- Ocurrió hace unos meses, cuando me fui a Japón y nos dimos un tiempo. - tomó una gran bocanada de aire y continuó.- Si, sé que lo hemos hablado muchas veces y que fue algo que yo decidí unilateralmente. Tienes que entender que te estaba echando mucho de menos. - hizo una pausa para mirarla a los ojos, estaban neutros, no era capaz de leer lo que pasaba por su mente.

- Continúa.

- Una noche salí a beber, me sentía muy mal, vi una publicación en la que aparecías cantando con un chico y me volví loco de celos....

- Sea lo que sea no intentes culparme. No he hecho nada que puedas reprocharme- contestó Hanna molesta, se imaginaba por dónde iba la conversación y no pensaba asumir ni una pizca de culpa.

- Lo sé, pero solo quiero ponerte en contexto de cómo me encontraba esa noche. Llevaba días sin saber de ti, muy triste por tu ausencia y de pronto te veo divertirte. Sé que lo pasaste mal, que todo fue mi culpa, pero en ese momento no lo entendí. Empecé a beber sin freno y a mi lado estaba Leila.

- En serio? La misma Leila que se pasó 4 años de universidad intentando que te metieses en sus bragas? - Hanna ya no quería escuchar más...

- Una cosa llevó a la otra y nos acabamos acostando.

Hanna se levantó del banco y se acercó a la orilla del Río, apoyándose en la barandilla, centrando su atención en el movimiento del agua. Hasta que por fin habló, dándole la espalda a Jimin.

- Por qué me lo cuentas ahora? A qué viene esta confesión tardía?

Se giró y lo encaró por fin. Su mirada era dura, sabía que Jimin aún tenía más cosas que decir.
Él, con dificultad levantó la mirada y sin apartar la vista de sus ojos siguió hablando.

- Hoy ha venido a verme. Está embarazada de 6 meses.

Hanna sintió que le faltaba el aire. Se llevó una mano al pecho mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Ella deseaba una familia con Jimin, quedarse embarazada y tener un pequeño con los rasgos de ambos.
Llevaban tiempo acostándose sin protección  pero aún no había pasado nada.
Y sin embargo, esta mujer con la que se había acostado solo una vez, se quedaba embarazada.
Una mujer con la que se acostó en un impass de su relación, algo que ni siquiera habían hablado cuando él se fue a Japón. No tiene claro si era una infidelidad, aunque claro, eso ya quedaba en segundo plano con la noticia del bebé.
Se quedó estática, no sabía qué hacer con sus manos, no sabía a dónde mirar, no sabía qué decir. Tan solo dejaba que cayeran las lágrimas.

Jimin se acercó a ella, él también lloraba y necesitaba abrazarla. Pero ahí Hanna sí que reaccionó de forma instintiva, apartándose de él.
Jimin bajó sus brazos sintiéndose decaído, pero entendía su reacción. Y aún no le había dicho lo peor...

- Amor, entiendo tu reacción, pero por favor, di algo. Necesito que estés conmigo en esto, no puedo vivir sin ti, esta situación también me supera, yo...

- Por qué ha venido a decírtelo después de 6 meses?- le interrumpió Hanna.

Con la voz entrecortada y sin dejar de llorar. Estaba de pie delante de él, con sus brazos cruzados abrazándose a sí misma. Dejando un espacio entre los dos, no muy grande pero sí muy frío.
Ambos estaban muy tristes y destrozados.

- Ha perdido su trabajo, no puede buscar otro porque es un embarazo de riesgo y necesita ayuda. Le he ofrecido que se quede en nuestra casa. Tienes que entender que está desesperada y no puedo hacer otra cosa y además, estamos hablando de mi ...hijo.- dijo esto último en un murmullo apenas audible.

Hanna pasó de las lágrimas a la incredulidad más absoluta. Tanto, que empezó a reír desesperada. Parecía una demente. Jimin no entendía su reacción pero no quería presionarla más.

Cuando Hanna consiguió controlar esa risa histérica, se acercó al banco, cogió su bolso, dio media vuelta y se fue de allí.

Jimin se sorprendió, pero en cuanto reaccionó, comenzó a caminar detrás de ella.

Hanna lo notó y se giró hacia él furiosa.

- No se te ocurra seguirme. Si sigo viendo tu cara ahora mismo, no sé bien que puedo llegar a hacer.

- Por favor nena, necesitamos hablar de esto. Y no puedes irte sola a esta hora.

- Ja!! No te preocupes por mí ahora. Déjame respirar, no puedo ni pensar con claridad.

Siguió caminando mientras lloraba sin parar.
Jimin se quedó estático en su sitio, viendo como se alejaba.
Decidió llamar a Tae para que se encargase de Hanna, a él no lo dejaba acercarse y estar sola por esa zona era peligroso.
En cuanto Tae le aseguró que se ocuparía de ella, se dirigió cabizbajo hacia el coche.

Al llegar a casa vio a Leila en el sofá dormida, con su gran barriga de embarazada recordándole lo que habían hecho.
No tenía fuerzas para tratar con ella ahora mismo, así que la cubrió con una manta y fue a su habitación.
Allí todo gritaba Hanna, desde la decoración hasta el olor de su perfume. Se tiró en la cama abrazando su almohada y lloró hasta quedarse dormido de agotamiento.

Imperdonable park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora