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Hanna

En cuanto salió de casa de Tae, apenas amanecía.
Se montó en el coche y condujo hasta la salida de la ciudad.
Paró en un área de servicio cuando sintió que ya no podía más. Paró y respiró.
Sus manos temblaban sin parar y las náuseas volvían a atacarla.
Vacío su estómago como pudo, sintiéndose débil y mareada.
Se tomó un momento para cerrar los ojos y dejar que unas cuantas lágrimas se deslizaran por sus mejillas.

Nunca más volvería a ver a Jimin, no volvería a sentir sus besos ni caricias, no volvería a sentirse protegida por el, ni a apoyarse en el en momentos de preocupación.
No volvería a ver como sus ojos se iluminaban al verla, como su sonrisa se hacía más grande cuando estaban juntos.  No podría volver a deslizar sus dedos por su pelo mientras él dormía apoyado en su pecho.
Nunca más sentiría sus caricia ni sus gemidos mientras hacían el amor, nadie le diría cosas sucias al oído con la voz ronca cargada de lujuria.
No volverían a cocinar juntos, tan mal que acababan pidiendo una pizza.
También perdería todo lo que lo rodeaba a él. El contacto con su familia, a la que adoraba, sus padres la habían tratado como a una hija y su hermana era como una hermana para ella.
Tampoco podría formar parte ya de su grupo de amigos, solo tendría a Tae, si es que seguía queriendo ser su amigo tras su huida.

Y su hijo.... Su bebé, nunca conocería a su padre.
Tendría que ser ella quien supliese su amor, encargarse de que su hijo creciese querido y con seguridad en sí mismo, a pesar de no tener padre.
Tendría que usar su imaginación cuando el pequeño naciese para tener la imagen mental de sus dos personas más queridas juntas.
Quizás en algún momento su hijo quisiera saber sobre sus orígenes, pero ese sería un problema de la Hanna del futuro.

Acarició su barriga con amor, sintiendo que a pesar de estar alejando a un padre de su hijo, era la decisión correcta. Este bebé merecía amor al 100% y sin condiciones, sin tener que compartir a su padre con otra familia.

A pesar de la premura de su huida, lo tenía todo pensado.
Se iría a Ilsan, cerca de Seúl pero más asequible económicamente.
Su trabajo se podía hacer de forma telemática, de hecho recientemente se lo había ofrecido su jefa, pero ella lo había rechazado para tener una excusa para huir de Leila, Jimin y su bebé.
Lo primero sería encontrar un apartamento, algo sencillo y económico, debía ahorrar mucho para su bebé.

Desayunó algo rápido y retomó su camino un poco más calmada.
Su nueva vida la esperaba.

Jimin

Llegó a casa de Tae con las ideas claras sobre lo que quería decirle a Hanna, sus nuevos argumentos para que ella se quedase a su lado.

Era temprano, quería llevarle el desayuno y pasar el día con ella. Recordarle su amor, hacerle sentir a gusto a su lado.

No había podido dormir nada la noche anterior, angustiado por la posibilidad de que ella lo abandonase de verdad.

No se imagina su vida sin ella, sin su mal humor por las mañanas, con sus ojos hinchados y el pelo alborotado. No podría vivir sin sus abrazos y sus besos, sin su olor por toda la casa.
Echaría de menos todas y cada una de sus broncas y reconciliaciones. No se podía plantear su vida sin ella a su lado, por eso se esforzaría al máximo por recuperarla.

Con ánimos renovados, tocó el timbre. A los pocos segundos, Tae le abrió la puerta y al ver su cara, supo que algo iba mal.
Sin decirle una palabra, le tendió la nota que Hanna le había dejado.

- No, no, no.... Tae!!! No!!! No puede hacerme esto!!!

La leyó varias veces, sin dejar de llorar, abrazado a Tae.
Se sentía destrozado, traicionado y roto por su abandono.
No podía creer que se hubiera ido sin más, sin darle la oportunidad de intentarlo todo para recuperarla.
Lo había dejado solo ante el gran cambio que experimentaría su vida muy pronto.

Estaba enfadado con ella, deseaba gritarle hasta quedarse sin voz, reclamarle su cobardía.
Pero sobretodo necesitaba abrazarla, sentirla entre sus brazos y no soltarla nunca, impregnarse en su olor y su tacto.

No dejaría de intentar encontrarla.

Imperdonable park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora