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8 meses después

Jimin

- Por fin!! - Jimin fue corriendo a abrazar a sus padres- pensé que nunca se acabaría esto!!

Hoy se licenciaba del ejército. Sus padres fueron a recogerlo y a llevarlo a comer en familia.

Jimin estaba muy contento, los 18 meses de servicio militar se le habían hecho muy largos.

Había sido su refugio para el momento más bajo de su vida, pero había sido agotador.

Tenía ganas de salir nuevamente al mundo, volver a trabajar, recuperar sus rutinas con sus amigos y buscarse un nuevo piso, al anterior no volvería ni loco, estaba plagado de recuerdos dolorosos. En definitiva rehacer su vida y labrarse un nuevo futuro.

Le abrumaba un poco, toda su vida era fácilmente reconducible, excepto la amorosa.
No quería ni pensar en conocer a alguien nuevo, tendría que seguir solo por ahora, sanando sus heridas.

- Por cierto hijo, - su madre lo sacó de sus cavilaciones- hace tiempo que pasó y preferí no contártelo mientras seguías en el servicio militar. Me encontré con Hanna una vez...

Jimin sonrió de forma irónica, en serio acababa de pensar en olvidar y sanar sus heridas??

- Omma, Hanna ya no tiene nada que ver conmigo, escogió salir de mi vida hace mucho...

- Sabes que es madre?? Acababa de tener un bebé cuando me la encontré...

- Vaya, sí que se dio prisa en rehacer su vida tras abandonarme....en fin, no me interesa, sigamos comiendo.

Su humor cambió , la noticia le había impactado enormemente, no se paró a hacer cuentas ni barajar posibilidades, le invadió una rabia atroz y un fuerte sentimiento de traición. Mientras él se alejaba del mundo para superar el dolor por la ruptura y la desaparición de ella, Hanna se dedicaba a follar y tener un hijo con alguien más. Como si Jimin no hubiese significado nada en su vida, como si no le hubiese dolido la ruptura, como si fuera rápidamente reemplazable.

Pasó sus primeros días libre en casa de sus padres. Disfrutando de la comida casera y la compañía. Pero su cabeza no paraba de dar vueltas. Era un ser tan insignificante, que sus 7 años de relación se podían olvidar en un suspiro? Asumía su culpa en la ruptura, pero tan rápido podía Hanna rehacer su vida? Acaso no recordaba su historia día y noche como le pasaba a él? No lo había querido ni siquiera un poco?

Aguantó algunos días fingiendo que no le importaba, pero ya no pudo soportarlo más.

- Omma, podemos hablar??

Su madre lo recibió con una sonrisa, llevaba días esperando esa conversación.

- Vive en Ilsan, en la plaza junto al ayuntamiento. Hay un pequeño parque rodeado de edificios, el suyo es el del portal verde.

Jimin la miró confuso.

- Como sabías...

Si madre lo interrumpió.

- Que ibas a preguntarme eso?? - se rió- vamos cariño, te conozco desde que estabas en mi barriga, eres muy fácil de leer para mí. No pierdas el tiempo hijo, os merecéis una última conversación al menos.

Jimin abrazó a su madre con fuerza.

- Gracias Omma, realmente lo necesito.

Cogió las llaves del coche y condujo hacia Hanna, buscando respuestas.

Hanna

Llevaba una semana frenética. Tenía que entregar un par de proyectos importantes, Tae estaba demasiado ocupado para ayudarle con el niño y Dasom estaba pasando una etapa un poco rebelde.

Ya tenía 13 meses, empezaba a demostrar su propia personalidad. Tenía ganas de caminar ya, así que Hanna se pasaba la mayor parte del día cogiéndolo de las manitas para que diera sus primeros pasos. Poco a poco iba también empezando a hablar y casi había conseguido que dijese mamá.

Su carácter seguía siendo muy parecido al de Jimin y montaba rabietas cada vez que le negaba algo, demandando su atención constantemente.
No le gustaban los extraños, tan solo se dejaba coger en brazos por su madre o Tae, así que le quedaba poco tiempo para sí misma.

Esa mañana estaba aprovechando que el niño dormía para limpiar su casa. Con un moño y sus peores pintas, llevaba una hora sacando brillo a los cristales.

Iba camino a la cocina para beber un vaso de agua cuando sonó el timbre.
Pensó que sería un repartidor, se miró de arriba a abajo, en serio iba a abrir la puerta con esas pintas? Vamos Hanna, ni que pretendieras enamorarlo, se reprochó a sí misma.
Gustarle a otra persona era algo que hace siglos había desaparecido de su mente.
Eran solo ella y su bebé, su trabajo, recoger su casa y comer de vez en cuando con Tae. No había hueco para nada más en su vida.

Apresurándose se acercó a abrir la puerta.
Pero cuando lo hizo quedó en shock.
Se olvidó casi de respirar.

- Jimin...

Imperdonable park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora