Lisandro se despertó con el sonido de un trueno que lo obligó a abrir los ojos, afuera llovía como si fuera la última vez. Tenía una sed espantosa y sentía que la cabeza todavía le daba mil vueltas. Hizo un esfuerzo por seguir durmiendo, pero el mareo que sentía no se lo permitió. Imágenes borrosas de la noche previa aparecían en su cabeza sin orden ni sentido, deseaba con todas sus fuerzas que fueran producto de su imaginación.
Tomó su celular para ver la hora, marcaban las 14:25. Decidió ignorar los cientos de mensajes que sus amigos habían enviado en el grupo, en los que aparecían fotos y videos de la noche anterior que prefería ni mirar. Nahuel le había enviado varios mensajes preguntando si había llegado bien, y para no preocupar a su amigo decidió responderle que recién se despertaba pero que no tenía idea de cómo había vuelto. Cristian también le había enviado varios mensajes preguntando dónde estaba, lo que causó que Lisandro empezara de a poco a armar el rompecabezas que tenía en su mente con los recuerdos de la fiesta. Cristian fumando con él, Cristian enviándole mensajes, Cristian rechazando su beso. Decidió por su salud mental bloquearlo de todas las redes e ignorar sus mensajes, el morocho ya había dejado muy claro que no tenía intenciones con él.
Lisandro se levantó como pudo y se dirigió al baño, donde notó que el espejo le devolvía una imagen suya completamente demacrada, los excesos de la noche anterior lo habían arruinado por dentro y fuera. Notó también que los brillitos que se había colocado en su rostro se habían expandido también por su pelo, su cuello y sus hombros. Recordó la voz de Cristian diciéndole "te quedan lindos los brillitos" y sintió una punzada de angustia en su pecho. Se metió en la ducha y se restregó la piel con mucha fuerza, intentando borrar todos los recuerdos de la noche anterior. Se sentía un idiota, pero en parte sentía que se lo merecía por haberse ilusionado con una persona que conocía hacía tan poco tiempo.
El día transcurría con una lentitud desesperante y el clima no ayudaba, era una oscura tarde lluviosa de otoño. Intentó ponerse a leer para la facultad, pero no lograba concentrarse. Para dejar de perder el tiempo y distraerse un poco le escribió a Nahuel.
-Che Nahu
-Como volví a casa? Sabés?
Pasaron unos minutos cuando recibió un audio de su amigo:
"Nos tomamos un Uber. Después de que lo fuiste a encarar a Cristian volviste casi llorando y pidiéndome por favor que nos fuéramos a la mierda. No me quisiste contar qué pasó, pero me lo imagino. Ahora lo tengo que soportar al pelotudo del Cuti que me está bombardeando a mensajes porque dice que lo bloqueaste. Me vas a contar qué carajo pasó?"
Lisandro se tomó su tiempo para responder. Esas cosas no eran para hablarse mediante un celular, pero tampoco quería molestar a su amigo con sus problemas. Como siempre, Nahuel pareció leerle la mente y le envió un mensaje:
-En un rato voy a tomar unos mates y hablamos.
Su amigo llegó con un paquete de facturas calentitas, sabía cuánto le gustaba comer algo rico en los días lluviosos. Prepararon unos mates y se ubicaron en el sofá.
-Perdón si te apuré, pero te conozco. Sabía que si no venía te ibas a hacer el boludo y no me ibas a decir nada -le dijo Nahuel, cebando un mate.
-No hay demasiado para contar, igual. Lo iba a besar y me rechazó -Lisandro le respondió -pero te pido por favor que no le cuentes esto a nadie, no quiero sentirme un pelotudo.
-Y, medio pelotudo sos... -el morocho le sacó una sonrisa -¿Cómo estás tan estás seguro de que te rechazó?
-Me sacó de encima, Nahuel -respondió Lisandro con expresión de fastidio- cuando me le estaba acercando me frenó y me cortó en seco. ¿Qué más querés que te diga?
-¿Pero qué te dijo? -insistió el otro
-Qué se yo, pelotudo. Estaba tan en pedo que no le entendí nada. Pero me sacó de encima, eso es rechazar.
Nahuel puso una cara que Lisandro no logró descifrar. Tenía el presentimiento de que su amigo le ocultaba algo.
-¿Por qué pones esa cara, Nahuel? ¿Vos sabés algo? -lo increpó.
-Yo sólo te digo que tenés que hablar con Cristian y preguntarle qué pasó. El pibe me estuvo bombardeando a mensajes todo el día preguntando por vos. Según él, no entiende porque te escapaste así -retrucó Nahuel.
-Pero estás totalmente en pedo vos, ni loc...
-Dejame terminar, Lisandro -lo interrumpió- No te podés cerrar así. Si el pibe insiste así por algo será. Por una vez en tu vida dejá de escaparte y hablá con él, se merecen tener una conversación como adultos.
-No, Nahuel -a Lisandro se le llenaron los ojos de lágrimas- después de lo que pasó con Joaquín yo me prometí a mí mismo que ningún hombre más me iba a tratar como un pelotudo. Y eso está haciendo Cristian, me está tomando de pelotudo - hizo una pausa para secarse las lágrimas y respirar- Primero me busca y me tira mil palos para después rechazarme cuando lo voy a encarar. Además, seguro que ni le gustan los flacos y me está usando para divertirse un rato.
Sólo con su mejor amigo se permitía expresar lo que de verdad sentía. La primera y única vez que se había enamorado de un hombre había terminado con el corazón destrozado, y tenía terror de enamorarse de Cristian para terminar sufriendo nuevamente.
-Lamentablemente a Cristian de la vida no lo puedo bloquear porque ya es parte de nuestro grupo y me lo voy a tener que cruzar. Pero te pido por favor que no me insistas más, no quiero saber más nada con él -el tono de voz de Lisandro se había vuelto sombrío – y si vos de verdad sos mi mejor amigo, vas a respetar mi decisión.
Nahuel supo que esta vez no había más nada que hacer, cuando a su amigo se le ponía una idea en la cabeza no había forma de hacerlo cambiar de opinión.
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Serendipia (Cuti x Licha AU)
FanfictionRESUBIDA! Serendipia: circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba. Donde Lisandro es un estudiante universitario harto de su rutina monótona y aburrida, hasta que conoce a Cristian.