23

254 31 4
                                    


-¿Y ahora qué vas a hacer? -Muri le preguntó encendiendo un cigarrillo, mientras se sentaban en las mesas del exterior de la empresa.

Lisandro había aprovechado el horario del descanso que tenían en el trabajo para poner a su amiga al tanto de toda la conversación que había tenido con Cristian unos días antes.

-Nada, boluda -le respondió dándole un largo sorbo a su vaso de café -ya te dije. Lo mejor para los dos va a ser que lo deje tranquilo, que lo bloquee de todos lados y que intente hacer mi vida.

-Dios mío, a veces sos muy pelotudo -su amiga revoleó los ojos, fastidiada -¿es eso lo que de verdad querés?

"No. Lo que de verdad quiero es estar con Cristian como antes" pensó.

-No, no es lo que querés -como si pudiera leerle la mente, la castaña se anticipó a responder por él -Lisandro, te voy a decir una sola cosa y quiero que me prestes mucha atención.

El teñido asintió. Su amiga tenía un carácter muy frontal y no tenía ningún tipo de filtro, pero allí era la voz de su conciencia, como en Argentina lo había sido durante tanto tiempo Nahuel.

-Vos me podés mentir a mí, a Cristian, le podés mentir a cualquiera... pero a vos mismo no te podés mentir -le dijo dulcemente -cuando te vas a dormir, cuando estás solo, cuando necesitás estar con alguien... ¿en quién pensás? Preguntate eso. Y pregúntate si de verdad sos feliz así, como estás acá... armate de valor y sé sincero con vos mismo.

-¿Y si él ya se olvidó de mí? -le replicó Lisandro -seguro ya no me quiere ni ver, boluda...

-¿Vos sos adivino ahora? -su amiga volvió a su tono de fastidio. La irritaba que el chico fuera tan testarudo -¿le preguntaste si ya no te quiere ni ver? No... no se lo preguntaste. Además, te dijo que cuando supieras lo que querías ya sabías donde encontrarlo. Está más que claro que el problema acá no es Cristian...

-Dale, forra, ¿vos sos amiga mía o de Cristian? -bromeó Lisandro. Aunque lo que le había dicho Muriel le había movido completamente las ideas, no podía negar que tenía razón en cada palabra.

-Como buena amiga que soy, es mi deber decirte las verdades que no querés escuchar -le dio un abrazo cariñoso – además, un amor como el de ustedes pasa solamente una vez en la vida, y eso si sos muy muy afortunado. Y, cambiando de tema ... tengo unas cositas para contarte que te van a interesar.

-A ver... -la invitó a continuar, devolviéndole el abrazo.

-Me estoy cogiendo al de recursos humanos -Muri confesó entre risas.

-Sos una hija de puta, boluda -Lisandro soltó a carcajadas -está bien, la que puede, puede.

-Igual no era eso solamente... -su amiga continuó en tono misterioso -me comentó que dentro de algunos meses la empresa le va a dar la posibilidad a los que somos extranjeros de trabajar en modalidad remota desde nuestros países. A menos que queramos seguir trabajando desde acá de forma presencial... espero que esto te aclare un poco las ideas.

...

En el camino de regreso a su departamento, Lisandro no pudo dejar de imaginar los posibles escenarios que se le presentaban sobre su futuro. La posibilidad de volver tan pronto a Argentina no estaba en sus planes en absoluto, pero la información que le había dado su amiga cambiaba completamente la perspectiva de todo lo que planeaba. Sí, su trabajo le gustaba muchísimo y por fin había encontrado algo con lo que construir un futuro profesional, pero eso le estaba costando todo lo demás: extrañaba terriblemente a sus amigos, su país... y necesitaba a Cristian desesperadamente. No se acostumbraba a dormir sin él, a pasar sus tardes de frío sólo, a no poder contarle cada cosa que le pasaba... pero también se sentía muy egoísta. Si todo hubiera sido todo al revés y si él estuviera en el lugar de Cristian estaba seguro de que ya lo hubiera mandado a la puta que lo parió hacía mucho tiempo. Su amiga tenía razón: se estaba comportando como un pelotudo. Pero también tenía razón al señalarle que un amor como el de ellos sucede una vez en la vida, considerando que no se habían separado ni por terceros ni por falta de amor. Es por eso que decidió que, antes de rendirse, bien valía la pena intentarlo una vez más. El "qué hubiera sido si..." era más doloroso que cualquier rechazo que pudiera recibir.

En cuanto llegó, tomó su celular, respiró hondo y juntó valor. No quiso ni siquiera practicar lo que iba a decir, pensaba dejar que todo fluyera y saliera sincero de su corazón. Buscó entre sus conversaciones la de Cristian y pulsó el ícono para enviar audios:

"Hola Cris, espero que estés muy bien. Primero que nada, te quiero pedir disculpas por toda la mierda que te hice pasar... vos no te merecías eso. Fui un pelotudo, con todas las letras. En todos estos meses no paré un segundo de pensar en vos, a veces siento que te extraño tanto que duele. Nunca en mi vida había sido tan feliz con vos y lo desperdicié, acá tengo todo lo que siempre busqué, pero me di cuenta de que lo único que realmente necesito sos vos... Una persona muy sabia me dijo que un amor como el nuestro se encuentra una sola vez en la vida, y eso si somos lo suficientemente afortunados. Y yo sí que fui afortunado de conocerte, Cristian... y ahora más que nunca estoy seguro de lo que quiero. Quiero estar con vos, quiero que hagamos que esto funcione, ahora sé cómo podemos hacerlo. Estoy dando muchas vueltas, ¿no? Voy a ser breve... te amo con cada parte de mi ser, como jamás pensé que iba a ser capaz de amar. Y si a vos te pasa lo mismo, ¿lo intentamos de nuevo?"

Enviar. 

Serendipia (Cuti x Licha AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora