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Eran casi las 22 cuando Lisandro salió de la ducha, antes de prepararse algo rápido de cenar y de meterse en la cama. Todavía no había terminado de ponerse la ropa cuando lo sorprendió un timbrazo. No esperaba a nadie, en ese horario sólo podía ser algún vecino del edificio que precisaba algo.

Cuando abrió la puerta, casi se desmaya del shock de verlo a Cristian después de varias semanas. Sus pensamientos se dividían en ganas de salir corriendo de inmediato, asesinar a la persona que le había pasado su dirección y abalanzarse encima de él para besarlo. No hizo ninguna de las tres cosas y se limitó a observarlo en silencio. Se veía irresistible con su ambo de kinesiólogo, haciendo que Lisandro comenzara a tener pensamientos para nada decentes.

-Hasta que al fin te puedo ver -Cristian le dijo casi en un susurro, visiblemente nervioso.

-¿Quién te dio mi dirección? Te voy a denunciar por acoso -Lisandro le respondió con mal tono.

-Preferiría que me invites a pasar, hace frío afuera -el morocho no dejaba de mirar el torso desnudo del otro. Lisandro con todos los nervios del momento ni cuenta se había dado que había corrido a abrir la puerta en bóxer.

Todo lo que había intentado resistir durante esas semanas estaba a punto de derrumbarse. Si cedía y lo dejaba pasar, Cristian ganaba. Pero, también, tenía mil cosas en su cabeza que necesitaba aclarar cuanto antes. Finalmente, después de unos segundos de duda lo dejó pasar. Aunque quisiera negarlo, él también estaba desesperado por verlo.

-Me voy a vestir, dame un minuto -Lisandro se metió en su habitación mientras el otro lo esperaba en el living.

Cristian observaba cada rincón del lugar con mucha atención, notando en todos lados la esencia de Lisandro. Por lo poco que aún lo conocía, igual podía darse cuenta de que la decoración y la disposición del lugar tenía su toque personal. Se acercó a una repisa que contenía colgadas decenas de fotos polaroid, en las que se veía a Lisandro solo, con amigos, en diferentes paisajes... le llamó mucho la atención una foto en particular: Lisandro sonreía abrazado a un chico que parecía un tanto más joven que ellos, con facciones angulosas y el pelo teñido de platinado.

-Alejandro -le dijo Lisandro, apareciendo detrás de él sobresaltándolo. Cristian se sentía un nene chiquito que había sido atrapado haciendo alguna travesura.

-¿Qué? -le replicó, confundido.

-Mi hermano Alejandro, el chico de la foto que tenés en la mano -soltó Lisandro, como si fuera lo más obvio del mundo.

-No sabía que tenías un hermano -Cristian le respondió tímidamente.

-Hay muchas cosas que no sabés de mí, Cristian -puso los ojos en blanco, casi con fastidio.

-No, tenés razón. Como, por ejemplo, ¿por qué me bloqueaste de todos lados? -lo interrogó, inmune a su provocación.

-¿Te parece poco que me hayas cortado el rostro después de tirarme onda toda la noche? -comenzó Lisandro -¿O tomarme de pelotudo? ¿O estar con una mina al mismo tiem...

No pudo continuar, porque Cristian lo tomó suavemente del rostro y lo besó. Lisandro no se pudo resistir, sintió una calidez en el pecho que recorrió todo su cuerpo. Más que eso, sintió que el beso de Cristian se sentía como volver a casa. Lo reconfortaba.

Estuvieron besándose un tiempo que pareció infinito, pero a la vez insuficiente. Con mucho esfuerzo, Lisandro se separó de él.

-No me podés callar de un beso como si tuviéramos 15 años, Cristian -le reprochó.

-Te lo debía. Para que sepas que no te corté el rostro -Cristian le dijo mientras le acariciaba el rostro -¿no te acordás de lo que te dije? -el otro negó con la cabeza- te dije que quería que estuvieses sobrio para recordar lo que hacíamos. Ahora sé que no te lo vas a olvidar.

Lisandro no podía creer que eso estaba pasando. Al final, una de las causas del gran sufrimiento de esas semanas era producto de un enorme malentendido. Ahora, faltaba aclarar la segunda parte.

-No sé si sos muy tierno o muy pelotudo -Lisandro le dijo, provocándole una carcajada al otro -Disculpame pero me muero de hambre, ¿comiste?

-No, ¿te puedo comer a vos? -Cristian lo pegó a su cuerpo poniendo con actitud seductora, provocando que el otro sonriera -yo también muero de hambre, no comí nada. Ya habrá tiempo de comerte a vos.

Lisandro improvisó una cena con lo que tenía en su casa, no quería darle una mala impresión a Cristian como el pésimo cocinero que era, pero tampoco quería que se fuera de su casa. Revisó su celular y vio que tenía mensajes de Nahuel

-Perdoname Licha pero tenía que hacerlo

-Son dos pelotudos

Así que finalmente había sido Nahuel. Debió suponerlo.

-Perdón, te debo una cena mejor -le dijo Lisandro con culpa, sirviendo la comida.

-Esto nos sirve de excusa para tener una buena primera cita, ¿no te parece? -le respondió el otro.

-Me parece -asintió -tenemos que empezar de nuevo.

Cuando terminaron de cenar, Lisandro miró la hora y se dio cuenta de que eran casi las 12 de la noche. No quiso ser descortés y echar a Cristian de su casa, en realidad moría de ganas de dormir abrazado a él, pero la realidad es que su día comenzaba muy temprano y apenas iba a poder descansar. Decidió dar el primer paso.

-¿Hacés algo el sábado a la noche? -le preguntó casualmente, mientras lavaba los platos.

-¿Qué proponés? -Cristian se acercó a él y lo abrazó por la espalda -para vos siempre estoy libre.

-Por dios, Cristian, ¿siempre tenés que ser tan chamuyero? -Lisandro se dio vuelta para abrazarlo de frente. Hundió su nariz en su cuello, olía exquisito -Te dije que te debía una cena, ¿querés salir conmigo? Digo, si no tenés un plan mejor...

-Acepto. Te paso a buscar a las 9.

Cuando Cristian se fue de su casa, Lisandro envió un audio a Nahuel resumiendo los acontecimientos de la noche e insultándolo por haber ayudado al otro. Sin embargo, tenía una sensación de alivio por haber empezado a resolver las cosas que lo tenían angustiado hace semanas, a pesar de que sospechaba que no todo estaba aclarado aún. Se fue a dormir con una sonrisa después de muchas noches tristes, imaginando cómo sería poder enredar sus brazos en la espalda de Cristian mientras dormían. 

Serendipia (Cuti x Licha AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora