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Los relámpagos iluminaban súbitamente la habitación, mientras que las gotitas de lluvia salpicaban la ventana. Lisandro tardó unos segundos en ubicarse en tiempo y espacio al despertarse, no estaba acostumbrado a dormir acompañado. A su lado, Cristian todavía dormía plácidamente, tenía una expresión pacífica y relajada. Al verlo, Lisandro sonrió con ternura recordando cómo pudo disfrutar de dormir envuelto en sus brazos, como varias veces había soñado.

Se levantó intentando hacer el menor ruido posible y se dirigió a la cocina. No tenía ni idea de qué era lo que solía tomar Cristian para desayunar, tampoco sabía si desayunaba, pero supuso que un café y unas tostadas eran del agrado de cualquier persona.

No pudo terminar de preparar todo antes de que el otro se despertara, ya que lo sorprendió abrazándolo por la espalda mientras terminaba de encender la tostadora.

-Buen día... voy a tener que venir más seguido si me vas a atender así.

-No me dejaste terminar la sorpresa -protestó Lisandro- la idea era desayunar en la cama.

-Bueno, hagamos de cuenta que todavía sigo durmiendo -Cristian se rió- vuelvo a la cama y finjo sorprenderme.

Lisando lo observó irse de nuevo hacia su habitación como hipnotizado, la remera que le había prestado le quedaba perfecta. No quiso dejarse llevar por pensamientos indecentes... no todavía.

Hacía un rato que ya habían terminado de desayunar cuando el teléfono de Lisandro sonó: se había de olvidado que casi todos los domingos al mediodía su hermano le hacía una videollamada. Cristian todavía seguía allí, ¿debía avisarle? No había hablado de él todavía con Alejandro.

-Me está llamando mi hermano -le dijo, dudando.

-Me porto bien, me quedo calladito -Cristian puso una cara que le resultó muy tierna.

Hablaron unos minutos de cosas triviales, el clima, los estudios, el trabajo... pero Alejandro no estaba al tanto de la situación amorosa de su hermano. Lisandro decidió que era el momento de informarle.

-Hay alguien que tenés que conocer -le dijo a su hermano -¿te puedo mostrar? -le preguntó a Cristian, que asintió en silencio, se estaba portando como un niño obediente.

-Bueno, hermano... parece que me perdí de muchas cosas -Alejandro se rió.

Lisandro se acercó a Cristian para que los dos pudieran ser captados por la pantalla. A Cristian le sorprendió que ambos hermanos no se parecían demasiado físicamente, pero los gestos y la calidez de sus voces delataba que eran familia.

-Hola... -lo saludó tímidamente -soy Cristian, un... che, no sé qué somos -esta vez se dirigió a Lisandro.

-Una persona muy especial para mí -el teñido aclaró -¿el mes que viene venís, Ale?

Lisandro y su hermano continuaron conversando de sus temas, mientras que Cristian meditaba las palabras "una persona muy especial...". Tenía muchas inquietudes sobre el futuro de la relación, inquietudes que todavía no se animaba a plantear. No quería presionar a Lisandro preguntándole qué eran, pero a la vez moría por hacer que el hombre que tanto lo volvía loco fuera su novio y que lo supiera todo el mundo.

-Me parece que pronto lo vas a conocer personalmente -le comentó Lisandro cuando cortó la llamada -viene de visita con su novia. Y no quiero que te la creas, pero... sos la primera persona que le presento a Alejandro.

Cristian se sonrojó como un adolescente. Por lo poco que le había contado de él, ya podía percibir que era la persona más importante para Lisandro, por eso no quería causar una mala impresión.

-Le voy a caer genial, es mi especialidad -bromeó intentando ocultar todas sus inseguridades -che... ¿te puedo preguntar algo? -Lisandro asintió con la cabeza- ¿cómo seguimos con esto?

La pregunta tomó al teñido por sorpresa. Hacía mucho que no se vinculaba con un hombre, de hecho, la última vez que lo hizo había terminado todo fatal. Por esto mismo no estaba en sus planes apresurar las cosas, después de todo, recién comenzaban a conocerse.

-Ay, Cris... -suspiró, no quería herir sus sentimientos- seguimos como vos quieras que siga. Pero... ya te conté lo que pasó la última vez que me enganché con alguien, ¿no?

Cristian asintió en silencio, tomándose unos instantes para responder.

-Me encantás, Lisandro -se acercó a él para abrazarlo -si por mí fuera, te pediría casamiento ya mismo -bromeó- bueno, no sé si tanto... pero pasaría cada momento con vos. Ahora que por fin me das bola quiero hacerte el pibe más feliz del mundo.

Lisandro sintió que se derretía de ternura. En los brazos de Cristian se sentía protegido, se sentía libre para ser él mismo... pero a la vez no quería arruinarlo todo por apurarse.

-Con esto no quiero que me des una respuesta ni nada -continuó el moreno -pero, si a vos te pasa lo mismo, me encantaría que podamos estar juntos. A tu manera, con tus tiempos... yo solamente quiero estar con vos.

-Sí... a mí me pasa lo mismo.

Lisandro se aferró a él y lo besó suavemente. Hacía tiempo que besar a alguien no lo hacía temblar así, como un adolescente enamorado por primera vez.

-Entonces... -Cristian se separó del beso después de unos instantes que les parecieron eternos- no te apuro. Si es necesario, te espero toda la vida. 

Serendipia (Cuti x Licha AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora